Un estudio elaborado por investigadores de España, México y Estados Unidos refuerza la importancia del ambiente emocional en las personas con psicosis y aboga por ayudar a las familias a una mejor comprensión de la situación, que les permita resolver cuestiones relacionadas con la culpa y la pérdida.
La profesora de Neuropsicología Aplicada a la Educación de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR) Cristina Medina-Pradas ha participado en este estudio, que subraya también la importancia de ayudar a los familiares de personas con alteraciones de la esfera psicótica a mejorar la aceptación progresiva de la alteración.
La investigación, ha detallado hoy la UNIR en una nota, ha analizado una muestra de 78 familiares de pacientes de este tipo, de los que 41 eran parientes de personas en riesgo para la psicosis (ARMS) y 37 eran de personas que han padecido sus primeros episodios psicóticos (FEP).
El estudio examinó las asociaciones de los diferentes componentes de la emoción expresada -crítica y sobreimplicación emocional- con la morbilidad psiquiátrica -ansiedad y depresión- de familiares y sus atribuciones acerca de la enfermedad; y comparó ambos grupos (ARMS y FEP) en esas variables.
El estudio describe y analiza los niveles de la emoción expresada, de ansiedad y depresión y las atribuciones de control y culpa que suelen tener los cuidadores sobre la enfermedad en el contexto de la psicosis temprana.
En el grupo subclínico o en riesgo (ARMS), los cuidadores fueron más críticos que en el grupo con primeros episodios (FEP), lo que se explicaría a causa del menor conocimiento sobre la enfermedad, pero, a medida que la enfermedad progresa y los síntomas se hacen francos, los familiares reprochan menos la forma de comportarse de los pacientes y les hacen menos responsables de esos síntomas.
Para los investigadores, las intervenciones familiares en la psicosis temprana deberían dirigirse a proporcionar apoyo psicológico e información adecuada.
Ello permitiría que los familiares puedan afrontar mejor y abordar adecuadamente los desafíos del trastorno, reducir sus valoraciones negativas, cambiar las atribuciones de culpa de los pacientes y atender sus niveles de ansiedad, de cara a prevenir el afianzamiento de la emoción expresada a lo largo del tiempo. EFE.
