Los operadores en la bolsa de Nueva York. EFE
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Wall Street amplió hoy ganancias por el tirón de las buenas cifras de empleo en Estados Unidos del viernes, y tanto el Dow Jones de Industriales, su principal indicador, como el selectivo S&P 500 se anotaron nuevos récords impulsados por valores financieros y Wallmart.
El parqué neoyorquino arrancó esta semana como terminó la anterior, optando de forma clara por las compras y sin que la buena racha para los inversores dé señales de agotamiento, y las subidas, lejos de limitarse a los gigantes del parqué, se extendieron hoy a una mayoría de valores en una jornada sin grandes refrencias macro económicas.
Al cierre de las operaciones, el Dow Jones progresó un 0,12 % hasta 22.118,56 puntos, anotándose su noveno récord consecutivo, mientras que el selectivo financiero S&P 500 sumó un 0,16 % y el índice compuesto del mercado Nasdaq progresó un 0,59 % para el Nasdaq 100 y del 0,51% el Composite, cerrando cada uno en 5.934 y 6.383 puntos impulsados por Apple.
El sólido rumbo de la economía estadounidense, la progresiva mejora de la coyuntura global y una oleada de resultados empresariales mejor de lo esperado han propulsado en las últimas semanas a Wall Street y, en especial, al Dow Jones, el índice que sigue a treinta grandes empresas del mercado.
Hoy, Apple (1,41%), Goldman Sachs (1,38%) y Boeing (1,06%) tiraron del Dow Jones y compensaron los retrocesos de compañías como United Technologies (-2,44%), Disney (-1,24%) o IBM (-1,16%).
Prácticamente todos los sectores de Wall Street terminaron el día en verde, liderados por el de los bienes de consumo no cíclicos (0,92%), el de las materias primas (0,79%) y el tecnológico (0,50%).
Únicamente las empresas energéticas (-0,45%) y las sanitarias (-0,04%) acabaron la jornada en negativo.
En otros mercados, el precio del petróleo de Texas bajó hoy un 0,38% y cerró en 49,39 dólares el barril después de conocerse un aumento de producción en una importante explotación de crudo en Libia.
Al cierre de Wall Street, el oro bajaba hasta 1.263,20 dólares la onza, la rentabilidad de la deuda pública a diez años retrocedía al 2,257% y el dólar perdía terreno ante el euro, que se cambiaba a 1,1793 dólares.
