Cámara termográfica del Centro de Simulación
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Medir el cambio de temperatura corporal cuando se miente, practicar dinámicas de grupo, realizar diferentes tipos de entrevista u observar el comportamiento de los niños en un rincón de juegos son algunas de las prácticas que los alumnos de la Facultad de Educación y Psicología van a poder llevar a cabo gracias al Centro de Simulación que ha puesto en marcha la Universidad de Navarra.
De este modo, los estudiantes de grado y posgrado tendrán la oportunidad de perfeccionar su formación académica con una amplia experiencia práctica en un entorno controlado y seguro, y podrán adquirir habilidades específicas para la psicología clínica y la intervención educativa.
El centro permite la realización de procedimientos en escenarios que recrean situaciones reales y refuerza el trabajo en equipo, el autoaprendizaje y la autocrítica. Además, ofrece oportunidades para la adquisición de competencias específicas en otros ámbitos como los recursos humanos o la investigación del comportamiento humano.
El espacio se puede recorrer gracias a una visita virtual. Se distribuye en una sala de control, una sala de evaluación con la posibilidad de recrear varios escenarios, una sala de observación espejo, una sala de ordenadores con programas específicos, y una docimoteca, donde están depositados test psicológicos y educativos, así como algunos programas de intervención psicológica y pedagógica que incluyen material no librario.
Asimismo, el centro cuenta con una cámara termográfica, que toma la temperatura como variable psicológica, y que se puede aplicar en la detección de mentiras, detección de emociones básicas y sentimientos, de estados de mindfulness, carga mental, función ejecutiva o el efecto térmico de la mirada.
Innovación docente
El Aula de Simulación, ubicada en el edificio Amigos, es uno de los espacios de innovación docente de la Universidad de Navarra. “Cada vez se presta mayor atención al diseño de los espacios de aprendizaje y enseñanza, atendiendo a las nuevas tendencias que están emergiendo de la mano de la innovación docente y la tecnología disponible”, explica Guillermo García del Barrio, director de Ordenación del Campus.
“Las aulas del futuro se caracterizan entre otras cosas por ser espacios flexibles y versátiles, diseñadas para poder acoger distintos estilos de enseñanza que, alineados al máximo con las actividades curriculares, fomentan el aprendizaje colaborativo y la autocrítica, en un entorno controlado y seguro”, añade.
