La comunidad educativa se encuentra hoy con una nueva jornada de huelga en la que, una vez más, la actual ley de educación, la LOMCE, es puesta en «tela de juicio».
La LOMCE es la última de las leyes educativas que se han producido en este país en los últimos 20 años. Cada vez que el PP o el PSOE han llegado al poder, han querido poner «su granito de arena» en la educación.
Empezó Rubalcaba, inventándose la ESO para que, mediante el cambio de la EGB a ese sistema, la educación se hiciera obligatoria hasta los 16 años. Para ello, los contenidos que se daban en 8 años, con la EGB, ahora había que darlos en 10, Primaria y ESO, con el lógico bajón en los contenidos.
Luego han seguido otros ministros y otros gobiernos, modificando lo que incluso no habia sido todavia implantado.
Y, claro está, las consecuencias no han tardado en verse. Menor aprendizaje, menor respeto y menor capacidad de esfuerzo.
España, por tanto, en los últimos lugares de excelencia educativa y, eso sí, con un fracaso escolar enorme.
Ahora se protesta por la ley Wert o LOMCE, que ni siquiera ha llegado a entrar en vigor en muchos aspectos y no se sabe su resultado, bueno o malo. El caso es protestar.
La educación es tarea de todos, no de unos pocos. Hoy se piensa que basta sólo con mandar al colegio a los hijos para que obtengan lo máximo, sin darse cuenta de que la educación primero comienza en la familia y no en el colegio.
