Los últimos ataques (que no han cesado nunca) contra los convenios económicos de la CAV y de Navarra resultan, de reiterativos, cansinos. Pero no deja de sorprender que vengan casi siempre de socialistas andaluces. Bueno sería proponer a sus dirigentes un cambio: nuestros convenios por su PER.
Con el PER, y sin convenio, tendríamos la seguridad de que, si se arruinan País Vasco o Navarra, todo el estado podría rescatarnos (riesgo que asumimos y por lo cual Cataluña en su día no aceptó). Tendríamos menos preocupaciones en lo referente a la industria, y nos tiraríamos a la agricultura, con la seguridad de que sus deficiencias productivas serían compensadas con dinero del Estado (es decir, de todos los españoles).
Del mismo modo, y entendiendo que el campo no siempre es fértil, podríamos gozar de mayores temporadas de ocio y divertimento en aquellos periodos en que la tierra no da para más. Ayudados por el clima ribereño (la “Andalucía Navarra”, que diría Pío Baroja) podríamos promover un turismo mucho mayor en Tudela, y tener una calidad de vida similar a nuestros compadres sureños, quienes por contra, tendrían que asumir los riesgos de su propia recaudación de impuestos directos, trabajar otros sectores y controlar más y mejor su economía sumergida. Un riesgo que, entiendo, no quieren asumir, porque si no así lo pedirían.
Por tanto, señora Díaz y dirigentes del Sur, déjennos hacer a vascos y navarros, y ustedes preocúpense de lo suyo, ya que la igualdad de los españoles no consiste en barrer la casa del vecino, sino respetarse unos a otros y contribuir al bien común, cosa que nadie ha dejado de hacer al menos en estas provincias del Norte. Aún quedará convencer a Albert Rivera, pero ello irá para otra carta, y dependiendo de sus resultados en nuestra tierra, que intuyo, serán escasos.
Aitor Castañeda Zumeta, Doctorando en Comunicaciones Sociales por la Universidad del País Vasco
