El PP quiere plantear una declaración institucional de condena por los insultos recibidos por la presidenta del parlamento navarro en el homenaje al subteniente Casanova asesinado por ETA el pasado domingo.
Sorprende la actitud en este hecho. Cuántos insultos se han llevado decenas de concejales por toda la geografía navarra a lo largo de las pasadas legislaturas y, en esta también, en aquellos lugares gobernados por el nacionalismo radical y no ha pasado nada. Ni condenas, ni declaraciones institucionales.
Ahora se insulta -no debería haber sucedido- a un miembro de Podemos y condenas por aquí y por allá.
El ciudadano muchas veces se plantea para qué sirven los políticos, ¿por qué pierden el tiempo y no lo dedican a trabajar por conseguir un mayor bienestar social?.
El ciudadano se asombra cuando ve a un ministro -esta vez del PP- reunirse de forma oficial con un imputado y no pasa nada. Cuando se le piden explicaciones, no las hay de forma inmediata y cuando las hay, porque no queda otro remedio.
Actitudes como estas, son las que hacen que las personas de este país se sientan insultadas tanto en su inteligencia, como en la forma de plantear su vida, puesto que si todos hicieran lo que nuestra la clase política estaríamos ante el caos más absoluto.
