Seguimos con la corrupción política y de los políticos enriquecidos gracias a sus cargos y tráfico de influencias. No para. Igual da PP que PSOE, que IU, que sindicatos, que CIU, que UPN. Está inmersa y ha estado inmersa en el mundo político. Y los políticos que no incurrían, ni participaban en ese enriquecimiento fácil, desmesurado y degradante, ya no están en la política porque iban contra el «sistema» y molestaban (o molesta) en él.
Están saltando a la luz casos y casos. ¿La estrategia? ¿conseguir el hartazgo de la sociedad hasta el punto de que deje de interesar como lo del terrorismo de ETA (con Bolinaga o De Juana Chaos y la libertad en «masa» de estos asesinos) o las falsedades, día sí y día también, sobre la economía? ¿pactar entre los dos partidos LA «salida» a la corrupción de ambos y de todos y mostrar quién puede más en la ficticia-engañosa-irreal «limpieza» en sus partidos? ¿aparentar que se lucha contra la corrupción?
Sea como fuere, no es de recibo, ni ético, ni político, ni personal. No nos olvidamos de Roldán cuando enseñaba su nómina para demostrar su honradez y que no había habido ningún tipo de enriquecimiento o cobros fuera de la ley, cuando Trías califica de «gran mentira» la acusación de su cuenta millonaria en Suiza y un periódico publica SU número bancario. La mentira por la mentira y lo que es peor: la mentira y el engaño.
Mientras unos están pasando hambre, otros están en paro, otros «sobreviviendo» con la economía sumergida, la «clase política» (nunca mejor dicho aquello de «clase») está enriquecida con millones y millones de euros. Tantos millones que si los sumáramos y los revirtiéramos a las arcas del Estado (o de Navarra o de cualquier CCAA), se podría inclinar la balanza de la crisis económica hacia su despegue.
¿Se hará justicia con estos casos públicos y publicados? Porque la expulsión o la suspensión de militancia no arregla nada, solo evita la investigación interna en el propio partido. ¿Por qué no un juicio con una Justicia independiente del poder político y, por ejemplo, sin «fiscalía anticorrupción»?
Directora NI
