Dicen que la repetición es el principal recurso retórico, así que lo repito: Podemos es la CONSECUENCIA, no la causa, del fallo democrático. Si a alguien le preocupa de verdad Podemos, lo que tiene que hacer es exigir que se acabe cuanto antes con la corrupción, con el despilfarro y con la irresponsabilidad institucional. Porque mientras no se acabe con eso, el populismo tendrá todas las bazas a su favor.
A una persona que está en el paro hace tres años, o que está en la cola de los comedores sociales, o que ha perdido su casa porque no podía pagar la hipoteca, o que ha visto desplomarse su poder adquisitivo… le importa un soberano bledo si las nacionalizaciones de empresas son buenas o malas, si los impagos de la deuda son factibles o no, o si el PIB se vería afectado por el triunfo de una opción de extrema izquierda. A quien no tiene nada (o casi nada) que perder, el argumento del miedo no le afecta. Por tanto, no le vas a convencer por mucho que le expliques sesudamente lo absurdo del programa electoral de Podemos.
Por tanto, la prioridad es curar la enfermedad de fondo que hace posible ese síntoma llamado Podemos. Centrarse en el síntoma, sin atacar la causa de la enfermedad, es una pérdida de tiempo. Las aspirinas (los análisis sobre lo malo que es el programa electoral de Podemos) no sirven de nada si no se usan también antibióticos (eliminación de la corrupción y el despilfarro) para curar la infección que da lugar a la fiebre.
Luis del Pino, director del programa «SinComplejos» de esRadio
Pamplona 105.6, Tudela 96.0
