Muchos padres recurren a las nuevas tecnologías para entretener a sus hijos en verano, pero un uso excesivo de estas “niñeras digitales” puede tener consecuencias negativas para los pequeños, como malestar transitorio o inadaptación.
Ha explicado que con las vacaciones de verano son muchos los padres que se plantean qué hacer ahora que sus hijos tienen más tiempo libre cuando ellos deben continuar con sus tareas diarias, y uno de los recursos más atractivos es acudir al uso de las nuevas tecnologías.
Por ello, es frecuente que aumente el consumo de éstas, a las que los padres “deben poner límite”, ya que puede traer consigo otras complicaciones como malestares transitorios o inadaptación, que interfieren en el desempeño académico y las relaciones familiares y sociales de los niños y adolescentes.
Agresividad e ira, entre los riesgos
Además, pueden conllevar la posible aparición de alteraciones como cambios en el humor, episodios de agresividad, bajo autocontrol, explosiones de ira e irritabilidad o trastornos del sueño, según ha apuntado la doctora Rocío Juárez, neuropsicóloga y psicóloga infantil del Hospital Vithas Xanit.
“El hecho de jugar a vídeojuegos o usar las nuevas tecnologías no tiene por qué ser perjudicial para el niño, siempre y cuando se lleven a cabo medidas de control”, ha manifestado.
En este sentido, ha indicado que se ha comprobado que poseen diversos beneficios como el desarrollo de la capacidad deductiva, la motivación por el aprendizaje y procesos cognitivos, así como la rapidez o el razonamiento, por lo que el “problema” se da cuando se utilizan de forma inadecuada.
Algunos de los síntomas que pueden alertar de un uso patológico de las nuevas tecnologías, según la especialista, son una disminución de las relaciones sociales con la familia o amigos, mayor irritabilidad o ansiedad ante la imposibilidad de hacer uso de los dispositivos, así como abandono de aspectos como la higiene o la comida.
Otras alteraciones
También hay que preocuparse si el niño muestra apatía ante actividades sociales y lúdicas, así como alteraciones en el sueño o la alimentación o si acude a sitios como el baño o la cocina sin abandonar el móvil o muestra sentimientos de euforia y placer ante el uso de las nuevas tecnologías, ha señalado.
Para controlar el uso de las nuevas tecnologías, la doctora recomienda “vigilar o hacer un registro” del número de horas que hace el menor uso de los dispositivos electrónicos y planificar de forma semanal este tiempo para que pueda alternar esta actividad con otras como la realización de actividades deportivas.
También ha aconsejado poner una hora fija de uso de estos dispositivos, y que éstos estén en un lugar visible del entorno familiar.EFE
