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Militancia, sí; electorado, no

Militancia, sí; electorado, no

Sí, queridos lectores, Pedro Sánchez ha ganado las primarias del PSOE. Ha vuelto a ser elegido Secretario General por la militancia socialista. Tenemos ante nosotros un nuevo episodio del circulo vicioso de la política española en los últimos años, en los que no termina de pasar nada nuevo y, aunque haya episodios novedosos, parece que ya hemos vivido todo esto, en un aroma a día de la marmota que llevamos soportando bastante tiempo.

Muchos análisis dicen que la elección de Pedro Sánchez confirma la infantilización de la militancia del PSOE; pero es en realidad la falta de una opción nueva, renovadora, la que confirma dicha infantilización, comenzada en época de Zapatero. Los tres candidatos son consolidados en la historia del partido y de los dos con opciones de ganar, fuera quien fuera, Pedro o Susana, la desunión era la etiqueta descriptiva. Sánchez tiene en contra a los socialistas moderados, desencantados con el acercamiento a la extrema izquierda. Díaz tiene en contra a los socialistas que van en contra del aparato del partido, representado por los dos ex presidentes del Gobierno socialistas, Felipe González y Rodríguez Zapatero; junto a los que estuvieron en contra de la abstención para facilitar la investidura de Mariano Rajoy.
Es por ello que el trabajo que tiene Pedro Sánchez por delante no es nada sencillo ni breve. A priori, tiene que llevar a cabo la unión del partido en torno a su figura, junto a la recuperación socialista por organizar y articular una candidatura creíble y ganadora de cara a las próximas elecciones generales. Ahí es donde ha patinado en sus dos últimas candidaturas a presidente del Gobierno, consiguiendo bajar de 100 escaños, algo que no le ocurría al PSOE desde principios del siglo XX.
Y eso es algo que el secretario general del PSOE debe tener en cuenta. Las elecciones generales no han sido, ni mucho menos, su terreno más fértil. Si el partido socialista y Pedro Sánchez siguen sin conectar con la sociedad, Podemos se frota las manos y el tan mencionado adelanto electoral sí será realidad en la próxima cita electoral. Si no fuera por esta amenaza que representa Podemos, estaría encantado de que el PSOE siguiera cayendo. Pero es precisamente Podemos lo que hace que el PSOE tenga que defender una socialdemocracia moderada, alejada del populismo, que agregue en vez de dividir y que dispute el Gobierno de España con el Partido Popular. Si Pedro Sánchez sigue por el mismo camino, tropezará por enésima vez con la misma piedra y llevará al PSOE al onanismo político. Y es que, encerrarse en la militancia, si no tienes el apoyo electoral, no sirve de nada.
 
* Publicado en La Razón
David Muñoz Lagarejos, politólogo.

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