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Liberia: Cambio en la cúpula, así son las urgencias que aguardan al Presidente

La República de Liberia tiene desde hace unos días un nuevo Presidente. Se trata de Joseph Nyuma Boakai, de 78 años, ex Vicepresidente que, tras un segundo llamamiento a las urnas – necesario dado que el primero no dio como resultado una mayoría de votos en el cara a cara con el Presidente saliente George Weah -, ha superado a su contendiente con el 50,64% de los votos (49,36% Weah).

El resultado se produce al final de un larguísimo proceso electoral que tuvo lugar el 10 de octubre, 38 días enteros antes de la segunda vuelta, a la que Weah y Boakai llegaron con una diferencia irrisoria: 43,8% y 43,4% respectivamente.
La elección, hace seis años, del primer futbolista africano en ganar el Balón de Oro, una cara muy conocida entre los liberianos pero un absoluto neófito en política, había suscitado grandes esperanzas de cambio en un país que aún salía de un periodo muy duro marcado por dos guerras civiles consecutivas y la epidemia de ébola de 2014-2016.

El padre Lorenzo Snider, misionero SMA, párroco de San Juan Vianney en Foya, ofrece una visión de las incertidumbres que pesan sobre el camino hacia la reconciliación nacional en un país que ha vivido amargas guerras civiles, experimentado el fenómeno de los niños soldados y visto caer en picado su economía
Los católicos representan alrededor del 7,5% de la población.

«El padre Snider informa que este período se ha caracterizado por un sentimiento de gran aprensión. El recuerdo de la guerra civil sigue vivo en la mente, el corazón y el cuerpo de muchos. El riesgo de recaer en el conflicto se percibía como algo muy actual. La tensión siguió creciendo a medida que pasaban los días, con declaraciones y discursos en las radios locales, y rumores sobre la creación de grupos paramilitares. El puñado de votos que separaba al Presidente Weah de su oponente tras la primera vuelta hacía presagiar la posibilidad de un resultado impugnado. En general, sin embargo, se impuso el sentido común y en el momento postelectoral no se produjo una escalada de violencia. Solo algunos incidentes, por ejemplo, en un distrito cercano, en Vahun, donde simpatizantes de los dos grupos políticos se enfrentaron y algunas personas resultaron heridas».

Con el recuento casi terminado, el Presidente saliente, George Weah, declaró: «Mi partido ha perdido, pero Liberia ha ganado» y emitió declaraciones de distensión que Boakai también respaldó. Boakai agradeció al ahora ex Presidente y añadió que la admisión de la derrota evitó un retorno a las armas. Las declaraciones del presidente Weah, según el padre Lorenzo, fueron más que providenciales y oportunas. Fueron la verdadera clave de la paz, marcando un antes y un después. Antes había miedo y tensión; después, los escenarios cambiaron radicalmente. Varios líderes del gobierno y de la oposición se alinearon, el lenguaje cambió y se respira un aire de paz en el país. Ahora se abre el vasto campo de la reconciliación, que necesita trabajo, especialmente a nivel local y comunitario. El resultado de las elecciones, donde los dos campos prácticamente se igualaron y Joseph Boakai se impuso por un estrecho margen, muestra la profunda división del país.

El nuevo Presidente de Liberia, tras la celebración de su elección, se enfrentará a una serie de complejos retos en uno de los países aún más pobres de África Occidental, a pesar de algunos indicadores de crecimiento. En el programa electoral de Boakai, según un misionero, se señalan las áreas prioritarias como los retos más acuciantes del país. Entre ellos figuran la estabilidad macroeconómica y las infraestructuras, la reforma del sistema sanitario, la educación, la lucha contra la corrupción, el desarrollo agrícola, el Estado de derecho y la buena gobernanza, la lucha contra la desigualdad de género y la protección de la infancia.

La red de carreteras del país se describe como una de las peores de África Occidental, con regiones enteras que quedan aisladas durante la temporada de lluvias. El sistema sanitario necesita mejoras significativas, como lo demuestra la escasez de equipos durante la fase inicial de la pandemia de COVID-19. El sistema educativo registra una elevada tasa de abandono escolar, mientras que la corrupción persiste en diversos sectores de la administración.
El misionero subraya que el reto a largo plazo es guiar a Liberia hacia un desarrollo integral, garantizando que ninguna parte de la población quede desatendida y protegiendo el medio ambiente, sobre todo de la presión extranjera”.

El terror de la violencia y la guerra, junto con el recuerdo de los niños soldados, sigue siendo una herida demasiado fresca para ser olvidada en la Liberia posconflicto. Las últimas semanas electorales han puesto de manifiesto el temor generalizado entre la población a un posible retorno a las armas. Algunos incidentes de violencia, aunque limitados, durante la campaña electoral avivaron la ansiedad ante la posibilidad de que el delicado proceso de reconciliación nacional se viniera abajo. El padre Lorenzo describe la aprensión generalizada en el país, señalando que el temor a una nueva guerra civil era palpable, alimentado por rumores de grupos paramilitares organizados y casos anteriores de hallazgo de contenedores de armas en el puerto de Monrovia. Afortunadamente, hasta ahora, los incidentes de violencia han sido gestionados con prontitud por las fuerzas de seguridad, evitando enfrentamientos masivos. Sin embargo, la realidad actual no puede verificarse con certeza. A pesar de la creación en 2005 de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación, que funcionó hasta 2011 elaborando un informe detallado sobre la rendición de cuentas y recomendando acciones concretas, muchos creen que este informe ha sido ignorado en gran medida con escaso impacto práctico. La conciencia de la posibilidad y la brutalidad de la guerra persiste entre los mayores de 30 años. En Foya, donde los enfrentamientos electorales provocaron la huida masiva de la población, la resiliencia de la gente es extraordinaria, pero gran parte del sufrimiento y del drama sigue sin escucharse, generando frustración y heridas internas que siguen sangrando.

Durante la campaña electoral, la Iglesia católica de Liberia mantuvo una posición neutral, claramente comprometida con la paz, el diálogo y la no violencia. El misionero informa de que la Iglesia pidió constantemente a los fieles que apoyaran el proceso electoral mediante la oración. La comunidad católica, minoritaria en un país de mayoría protestante y pentecostal, tiene una historia muy arraigada en la sociedad liberiana y puede presumir de figuras destacadas, como el arzobispo de Monrovia Michael Francis (1936/2013), que han sido referentes para toda la población. “Es una comunidad que sufre y espera con y como todo el país. El proceso sinodal de la Iglesia universal – espera el Padre Lorenzo – podría aportar un nuevo vigor a la ‘comunión misionera’ de la Iglesia – familia de Dios en Liberia”. AGENZIA FIDES

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