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Disparates de una pandemia y otras “cosillas”

Después de los acontecimientos que se precipitan en estos días, todos directa o indirectamente en torno al dichoso coronavirus, se hace difícil comentar, o ni siquiera opinar, sobre la barbaridad de despropósitos  que nos desbordan.

Para empezar por algo, lo haré con la última encuesta del Centro de Invenciones Sánchez, antes de Investigaciones Sociológicas, que el sectario José Félix Tezanos prostituye desde que llegó colocado por el dedo de su patrón, al que sirve desde un sillón que nos cuesta más de 100.000 € a todos los españoles, aparte de haber disparado el coste global casi un 50% tras la incontinencia del susodicho de hacer encuestas mensuales para “enjabonar” bien a “su elector” -que dijera don Manuel Fraga-. Mientras se derrocha también en esto, muchos compatriotas se mueren, otros ven en peligro su supervivencia física o económica y unos pocos aplauden a esa coalición socialcomunista que llegó por lo que llegó, con las orejas. Pero ahí estaba el “Tenazas” de las antiencuestas -como acertadamente calificaba ésta el viernes Narciso Michavila en ABC- siempre preparado para apretarlas a base de preguntas de difícil lectura y peor comprensión para la deseducada sociedad que busca siempre la izquierda para su mejor manipulación. Una encuesta encargada a la empresa Intercampo que según recoge algún medio ha trabajado en ocasiones para Podemos -será “causalidad”, o no-, aunque las preguntas las cocina el CIS, cuyo presidente dice que han sido hechas “sin intencionalidad política”, como “acostumbra” y puede verse en la que, la sectaria La Sexta califica como “pregunta polémica”: «¿Cree usted que en estos momentos habría que prohibir la difusión de bulos e informaciones engañosas y poco fundamentadas por las redes y los medios de comunicación social, remitiendo toda información sobre la pandemia a fuentes oficiales, o cree que hay que mantener libertad total para la difusión de noticias e informaciones?», que me imagino yo a cualquier víctima de la LOGSE al teléfono escuchando impávida la pregunta, ojiplática de asombro, analizando sobre la marcha y respondiendo “Sí”, sin pestañear, como parece que lo hizo el 66’7% de los encuestados, defensores acérrimos todos ellos de la “libertad de expresión” que esta pregunta se carga por “real decreto”.

Ya que hablo de la LOGSE, en mi opinión, como más de una vez he escrito, uno de los instrumentos fundamentales de la izquierda para “igualar” por abajo y crear “ejércitos” de dóciles borregos -que la supuesta derecha no supo contrarrestar-, vamos con la polémica vuelta a clase presencial de los alumnos, después del vaciado de centros impuesto por la pandemia, y con las antológicas declaraciones al respecto de la “eminente” ministra de Educación, por designación del doctor Fraude cum Laude, al que apoyan -y por tanto a ella, como parte de su gobierno- los asesinos del que fuera su primer jefe político, Fernando Buesa -Febrero de 2000-. Isabel Celaá no tiene mucho que envidiar en explicitud verbal a su compañera de gabinete Yolanda Díaz, consagrada el otro día como “máster” en ERTE. Celaá, vizcaína ella -puede que hasta de las mejores familias de Neguri o Alcorta, para más inri, pero lo desconozco- y formada universitariamente entre Deusto y Valladolid, coetánea mía (1949) y, por tanto, proveniente del Bachillerato del Plan de 1957, que parece que no le dejó mucha huella en lo de rigor educativo y exigencia que entonces presidían los programas docentes. Dice la señora ministra que el aprobado general “sería injusto”, pero, “aclara”, que “la promoción de curso será la norma general y la repetición, la excepción” que “deberá estar sólidamente argumentada”. Dice además que “la evaluación del tercer trimestre sólo servirá para hacer diagnóstico y no podrá suspenderse”, si acaso “servirá para recuperar los dos anteriores”. Me lo explique, Sra. Ministra. De momento, Madrid, Murcia y Vascongadas dicen que “si dice, que diga”, ellos a lo suyo, calidad.

Otro que cada vez que aparece pierde una oportunidad de callar, es el ministro “astronauta”, Pedro Duque, que ya he dicho alguna vez que parece que sigue en la Luna, no sé si “en la de Valencia”. Esta vez interpreta el papel de “entretenedor” de niños, con risas impropias de una situación dramática que ya supera los 20.000 muertos “oficiales” -serán muchos más cuando se contabilice la realidad- y explica la forma de ponerse una mascarilla “lo de arriba para arriba y lo de afuera para afuera” (sic), con una maestría propia de un prestidigitador y al que jalea el ya famoso doctor Fernando Simón, el que decía en Enero que “en España, si acaso, habrá algún caso”, del que ya dije que tuvo mala suerte el pobre al ser uno de esos “escasos” que se darían y que ahora, en otra de sus opiniones “científicas” nos dice de manera torticera que “la letalidad es muy parecida en gran parte de los países europeos, España quizás un poquito más bajo que algunos socios europeos, quizás un poquito por encima que otros”, rigurosamente falso porque hoy España sólo es superada en número de muertos por millón de habitantes -en el mundo-, por Bélgica, 423 frente a 450, y muy atrás Italia, con 367, a la que superamos hace quince días en total de casos y nos despegamos a diario. Al mismo tiempo, este personaje dice ahora que “nadie puede asegurar que el coronavirus no vuelva en Otoño”. Mientras, la sin par ministra de “Igual-da”, de la que se comenta que dio positivo al Covid19 por tercera vez -una resistencia vírica que ya quisiéramos los españoles ante el “virus” de la Moncloa-. O sea, mientras no hay test para los sanitarios en particular ni para los españoles en general, esta señora está en espera del cuarto, porque evidentemente, con estos antecedentes, necesitará uno más, por lo menos. ¿Será una interpretación más de estos “artistas” para, como sus niños, disfrutar de “la suerte de tener un jardín en casa”, como presumía papá PabLenin? Al tiempo que se “compadecía” de los pobres compatriotas “confinados en pisos de 40, 50 o 60 m²”, después de “sacrificarse” al prescindir del “placer que supone encontrarte a diario con tus vecinos de escalera” en Vallecas. Pero Dios me libre de pensar mal del “constitucionalista” a ratos y “patriota” sin tacha.

Para terminar, algo que me está llamando la atención en los últimos días y es que varios de los que yo llamó “periolistas” contrayendo lo que hasta ahora han demostrado ser, “periodistas” -poco- y socialistas -mucho y apesebrados en la subvención pública-, están teniendo momentos de lucidez y se permiten criticar al que les llena el pesebre, siempre con las excepciones del matrimonio Ferreras-Pastor, “Newtrales” donde los haya, en su bien avenida familia sanchista. Entre ellos Juan Luis Cebrián, “Janli” para los más próximos -hijo de Vicente Cebrián, que fue director del diario franquista Arriba-, otrora todopoderoso director del “objetivo” diario El País y ahora columnista distinguido y “periolisto” sublime, sacudirle a Pedro Sánchez un sonoro varapalo en su artículo Un cataclismo previsto”, en el que el hoy académico y miembro del poderoso Club Bilderberg se descuelga con frases como esta: “Se ha reaccionado tarde y mal. Faltan camas hospitalarias,  personal médico, respiradores, y falta también transparencia en la información oficial” y un golpe directo a la línea de flotación: “… se alentó la asistencia a gigantescas manifestaciones…, se minimizó la amenaza por parte de las autoridades, e incluso el funcionario todavía hoy al frente de las recomendaciones científicas osó decir entre sonrisas que no había un riesgo poblacional”, para rematar a la escuadra del “desconcierto” de ministros con que “La impresión dominante es que el Gobierno es prisionero en sus decisiones de los pactos con sus socios de Podemos y los independentistas catalanes y vascos” y que ”…la conveniencia política prima, incluso en ocasiones tan graves como esta, sobre la protección de la ciudadanía”. Lo mismo ocurrió hace unos días con Pablo Motos en su Hormiguero de A3. Dedicó  a su poco amigo Sánchez un directo al mentón: En un equipo de verdad gana la mejor idea, no la que dice el que manda y más si el que manda lleva ya muchos errores cometidos”. Por último, aunque hay bastantes “conversos” más, Risto Meijide, desde su programa Todo es Mentira -y tanto, hasta ahora- de Cuatro TV. Con un importante cabreo por el descaro de la pregunta del CIS antes citada, empezó desde un amenazante “Todo esto a partir de hoy va a ser distinto”, hasta “El gobierno, no sé si miente, pero sí engaña. Tenemos los datos y tenemos las pruebas en el número de fallecidos, oculta fallecidos de manera deliberada”, pasando porque “pensábamos que este capitán sólo se ocupaba de llevarnos a buen puerto y hemos descubierto que no” y terminar con una categórico “Ayer nos preguntábamos si procedía meterle el dedo en el ojo o no al capitán, hoy aseguramos que sí”.

Y me despido con el anuncio de una nueva “actuación” del presidente anuncio en las televisiones, que al tener que enviar a edición mi artículo, no me da tiempo a comentar, aunque tiempo habrá y seguro que valdrían los comentarios a las anteriores. Volverá al postureo para no decir NADA importante.

Antonio de la Torre, licenciado en Geología, técnico y directivo de empresa. Analista de opinión

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