Emilio Garrido Landívar
Empezamos el Año Nuevo y, me parece importante insistir que todos hacemos propósitos para este año, y aunque no se cumplan todos, es bueno planificarlos, porque eso nos da una guía de conducta, que siempre nos beneficia aunque solo sea planificarlo… Diez días de vacaciones navideñas donde, sin darnos mucha cuenta abusamos de azúcares, de alcohol, de sedentarismo y de consumismo al más alto nivel, casi inconscientes de que la cuesta de enero nos la hará más difícil, pues son ingredientes que minan nuestra calidad de vida. Por eso es bueno tener un tiempo de reflexión -¡un tiempo fuera!- y recordar que la felicidad a largo plazo es un camino de rutinas, que hay que recorre con voluntad, con sistematicidad, que no va de un día, ni de dos, hay que ser constante y la gran noticia es que la felicidad se puede crear, aumentar y reproducir, porque tenemos los mecanismos en nosotros mismos: nuestro cerebro, verdadero sistema operativo cerebral que hace lo que tú quieras que haga, porque tú eres en definitiva el director de tu propia orquesta y no olvides lo que decía Ovidio en la Metamorfosis: “La gota de agua horada la piedra no por su fuerza, sino por su constancia” (43años a. C) A eso se le llama rutina, tenacidad y/o tesón…
Es por ello que necesitamos esa rutina que es vida, que es fortaleza y que debemos crear un plan de propósitos no muy complicados, pero que los activemos cada día y lo evaluemos cada quince, de tal manera que hagamos rutina, que reprogramemos ese sistema operativo para que hagamos el algoritmo tan rutinario que disfrutemos con él y mejore nuestra calidad de vida, y por ende nuestra salud mental y aumentará -si duda-, nuestro termostato de la felicidad personal.
Ya sabemos de sobra, que quien no valora lo que tiene -que tenemos más de lo que necesitamos, a pesar de la crisis-, como la riqueza más grande, es desdichado, aunque sea el dueño del mundo (Epicuro de Samos) Por eso debemos plantearnos unos propósitos, unos planes que intentemos ponerlos en práctica y el mayor beneficiario será usted, y le aseguro que si los cumple aumentará -sin ninguna duda-, su calidad de vida, su salud, y su optimismo. Por ello, me atrevo a proponerle tres propósitos gratis y fáciles de cumplir. Tres rutinas que nos aportan un bienestar más que demostrado: La primera hacer ejercicio físico tres veces en semana, con media hora es suficiente, y hágalo cuando no pueda, que es cuando más lo necesita. Es el mejor antídoto para prevenir el estrés. La segunda: Duerma en entre 7/8 horas, váyase a la misma hora a dormir y procure levantarse también a la misma hora, no pierda horas de sueño con las series. La tercera: Ame, quiera, abrace, cuide su pareja, no deje los amigos, incremente su tiempo… El “Grant Study” de G. E. Vaillant, durante 80 años y unas mil personas, con 20 millones de dólares, resumió todo él en esta frase: “La felicidad es realmente amarnos”. Amarnos de tal manera que compartamos deseos, aficiones, miserias, propósitos y abrazos que duren más de tres minutos -¿Siete, si es posible?-, es cuando parece que estimulamos y aumentamos de verdad la oxitocina, hormona que nos depara un chute a ciencia cierta de felicidad.
Tres propósitos sencillos, beneficiosos, útiles para su calidad de vida y salud, y que un día, vale; dos mejor, tres va por buen camino, y si lo hace un mes, notará tal estímulo positivo-algoritmo-, que su rutina ser hará tan válida que no dejará de hacerlo porque sabe cuánto bien le procura. ¡Pues, a empezar, que merece la pena y saldrá como el oro del crisol: con más optimismo y con más calidad de vida! Ya sabe que la salud depende mucho de usted, no echemos balones fuera, y estos tres propósitos para el Año Nuevo, serán su «santo grial» para ser más feliz y vivir con mayor calidad de vida. Se lo deseo de corazón.
Dr. Emilio Garrido Landívar, Psicólogo clínico y doctor de la Salud, Catedrático de Personalidad, Evaluación y Tratamientos Psicológicos (CEU)
