Cuando un 2 de mayo de 1808, el pueblo de Madrid se levantó contra el opresor francés, contra su yerno Murat, contra sus mamelucos y sus dragones, comenzaba una guerra que terminaría con la derrota estrepitosa del enemigo francés y, con ello, la caída del que, hasta entonces, era el todopoderoso Napoleón.
El paralelismo que hacía ayer la presidenta de Madrid, señora Ayuso, con las elecciones de mañana 4 de mayo, es evidente. Ayuso hablaba del previsible o deseado comienzo del principio del fin del “todopoderoso” Sánchez (PSOE-Podemos) a manos de un pueblo, el de Madrid, que se va a levantar contra la opresión.
Una guerra que se presume que no va a ser muy larga y se presume se realizará en todo el resto de España. Es hora ya de ir eliminando electoralmente a rivales políticos y empezar con «un nuevo amanecer»
Dicen, el principio del fin.