Manolo Royo
Artículo 30
Vamos a hacer un ejercicio simple a la vez que complicado, puesto que lo de recordar la infancia, los juegos y los sueños, en ocasiones requiere de la ayuda de un profesional.
Hemos sido un país muy mal educado y al parecer han pedido prorroga. Recuerdo que señalábamos a los pioneros en acudir al psicólogo o al psiquiatra de forma muy despectiva. “Ese está loco, lo trata un loquero”. “Está como una cabra”. Pues aún no debía de estarlo tanto cuando decidió él o los suyos ponerlo en tratamiento. Es mucho mejor acudir al médico que cometer un delito cargado de drogas. Yo creo que los ansiolíticos se los recetaban para soportar a los cafres.
La rabia contenida que de pequeños liberábamos pegándole al causante de ella (mordiscos, patadas, pedradas…) era tal, que incluso llegábamos a convencer a otros para que nos ayudaran a pegarle a sus amigos por el hecho de serlo, y ahí se montaba la pelea donde nos pillara: en el recreo, en la calle… Las peleas del recreo nos traían unas consecuencias en forma de castigo y nota para tus padres, ahí aprendí a imitar la firma de mi padre.
Jugábamos intensamente para que cuando se acabara el tiempo de juego haberlo disfrutado al máximo. Intercambiábamos cromos, canicas y favores. Nos robaban el bocadillo y el portalápices.
Practicábamos el trueque (te dejo la bici si tú me dejas el aro). No, si te dejo los patines, decía la niña, me dejas el hula hoop. No porque me lo rompes y mi madre me mata. Vale, te dejo jugar con la pelota si no le dices a mi madre que ayer le levanté la falda a Clara. Pero me tienes que dejar jugar tres días. No, dos. Vale, pero me tienes que pasar las chuletas de los exámenes…
Como terminamos de comprobar y recordar, la política solo es un juego de niños, ni más ni menos. Aquel niño imbécil lo sigue siendo hoy pero con mayor carga viral. Los maestros que no nos dejaban copiar, son sus asesores. A algunos de aquellos niños que nos pegaban y nos chantajeaban hoy les ha tirado de las orejas la UE porque ven muy poco democrática la elección del CGPJ.
Manolo Royo, humorista www.manolo-royo.com
