Estamos ante un país bananero en el que mucha de su clase política campa por sus respetos y, lo que es peor, sabe que el gobierno no va ha hacer nada.
Un ejemplo, la vacunación a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado en Cataluña. Ha tenido que llegar la judicatura para obligar al gobierno autonómico catalán a vacunarles, ya que dicho gobierno se había desentendido de ellos.
El argumento empleado, una disfunción, como justificó el ministro del Interior, señor Marlaska. La realidad, que es la Policía de España y eso en Cataluña se paga.
Y como respuesta, nos sale el gobierno catalán protestando y diciendo que se va a dejar de vacunar a personas por tener que vacunar a la policía. Lamentable.
Aunque más lamentable la actitud de un gobierno como el de Pedro Sánchez, socialista – comunista, al que no le importa nada de lo que pase, él a lo suyo, a seguir en el poder en estado, de alarma.