Nieves Ciprés
El tan cacareado autogobierno al que alude este gobierno de Chivite y el anterior de Barkos, ambos sostenidos por nacionalistas vascos e izquierda, hoy también socialistas, es la bandera de la conveniencia.
Tan pronto se hace seguidismo ciego de la política del Gobierno de Sánchez como se aplican e incorporan sus leyes, con plena sumisión obviando ese autogobierno defendido.
Esto ha ocurrido al permitir el «pentapartito» PSN, Geroa Bai, Bildu, Podemos e I-E oprimir la libertad de los padres respecto a la enseñanza que quieren que tengan sus hijos.
Modificarán la Ley Foral para incorporar la Lomloe, más conocida como ley Celaá. La que nace con todos los sectores educativos y ámbitos sociales en contra, se aprueba en un estado de alarma, en el que todavía estamos y está a la espera del dictamen europeo.
La libertad de los padres coartada y varios colegios concertados afectados, curiosamente varios de los considerados mejores en el Ranking de colegios de España.
Resulta chocante que se ataque lo bueno y no se luche por mejorar lo menos bueno. Como resulta chocante que ahora el gobierno navarro quiera colaborar con la Asociación de Víctimas del Terrorismo.
Cómo puede un gobierno ser “amigo” de Bildu que, a su vez es amigo de ETA, y querer colaborar, al mismo tiempo, con las víctimas de sus “amigos”.
El sentido común se rebela ante este hecho, a pesar de que Bildu siga siendo el apoyo útil y necesario de Chivite en el Gobierno y Parlamento. Al igual que lo fue para su investidura.
Mientras tanto, en el gobierno de Sánchez «pintan bastos» para Podemos, el partido de la pareja, Pablo Iglesias e Irene Montero con varias causas judiciales abiertas por alentar disturbios en las calles; niñera pagada con el dinero de todos los ciudadanos; atentados contra la autoridad; Dina y sus amigos… una larga lista
Hechos que deberían hacer reflexionar y actuar con rotundidad. Ni un minuto más deberían permanecer en su puesto y ni un minuto más debería permanecer este gobierno de coalición.
Sin embargo, no hay problema todos en sus puestos y la oposición con palabras que se lleva el viento.
Sea como fuere, hemos participado de un histórico encuentro interreligioso. El Papa ha viajado a Iraq. Ha dado aliento a los cristianos perseguidos y castigados sin piedad por el radicalismo fundamentalista musulmán.
Y ha mostrado su agradecimiento al gran ayatola y comunidad chiita por su defensa a los perseguidos, ante la violencia de los últimos años.
El Papa instó a recorrer un camino de paz entre las tres religiones musulmanes, judíos y cristianos. Porque dijo “La paz es posible si nos reconocemos como hermanos”.
Seguiremos, hasta la próxima semana.
Nieves Ciprés, periodista
