Un nuevo Mensaje Real de Navidad se produjo antes de ayer, el día de Nochebuena.
De Felipe VI estaba pendiente mucha gente. Sus palabras iban a ser miradas con lupa.
Pues bien. El rey hizo todo lo que tenía que hacer. Ser correcto, ser medido en sus palabras, pero certero y sin dejarse amilanar.
Además, se rodeó de símbolos. Muy claros. Un ejemplar de la Constitución Española, la bandera de España y un Belén.
Imágenes claras que a más de uno se le atragantarían y que manifiestan la voluntad de un Rey que no se acobarda ante lo que le rodea. Que defiende y hace gala de las tradiciones y de la Constitución.
Luego sus palabras. Apoyo hacía aquellos que han sufrido y sufren el coronavirus. Defensa de la Constitución. La Unión de todos para poder sacar adelante este país. Defensa de la ética en las actuaciones.
Unas palabras acordes a la situación del país en el que reina, España, y que muestran a un Rey que sabe muy bien lo que pasa y que sabe explicarlo y decirlo.
Impecable