El eterno sonsonete del nacionalismo catalán, repetido por activa, por pasiva y por perifrástica era el de «España nos roba».
Y vaya que cundía. Los diferentes gobiernos de España, caían en sus redes y venga inversiones, venga dinero para Cataluña.
Ahora, encima, si eso no fuera poco, Madrid tiene menor fiscalidad y, oye, «que injusticia», y ala, vamos a por Madrid y, en lugar de imitarla, y bajar impuestos; pues, oye, vamos a hacer todo lo posible por subirle los impuestos.
Como dice Pablo Casado, el líder de los populares, «no es cuestión de que Madrid suba los impuestos, sino de que los demás los bajen».
Y la izquierda y el nacionalismo de este país, alucinando, por los datos de una autonomía, la madrileña, no gobernada por ellos. Unos datos que confirman que tener impuestos bajos fomenta la economía, no al contrario.
Algunos deberían aprender. No vale con gastar y gastar. También hay que generar ingresos y este gobierno ni sabe, ni quiere. Mejor, suben los impuestos a todos los ciudadanos.