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El Archivo de Navarra celebra el centenario del Segundo Ensanche de Pamplona

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El Archivo de Navarra celebra el centenario del Segundo Ensanche de Pamplona con una microexposición durante noviembre

El Archivo Real y General de Navarra dedica su microexposición del mes de noviembre a recordar el centenario de la colocación de la primera piedra que dio inicio a la construcción del Segundo Ensanche de Pamplona.

En esta muestra se expone un plano de Pamplona, de 1904, con uno de los proyectos iniciales; otro de 1917 con el proyecto definitivo de Serapio Esparza;  varios planos de ubicación de manzanas; un oficio del alcalde de Pamplona sobre la expropiación de parte del jardín del Palacio de Navarra, y varias fotografías de José Galle de la Avenida de Carlos III “El Noble” y de la Plaza Merindades.

Además, a la entrada del Archivo Real y General de Navarra los visitantes podrán contemplar la gran maqueta de Pamplona, que reproduce en miniatura la ciudad en la fecha de 1900. En este momento la  ciudad todavía conservaba su cinturón amurallado completo, poco antes de las modificaciones urbanísticas que alteraron el trazado urbanístico.

La microexposición “Centenario del Segundo Ensanche de Pamplona (1920)” es una muestra de pequeño formato, de acceso libre y gratuito, que permanecerá abierta durante el mes de noviembre, en la galería baja del Archivo de Navarra,  todos los días de 10:00h. a 14:00h. y de 17:00h. a 20:00h.

El proyecto urbanístico

La situación de Pamplona próxima a la frontera hispanofrancesa, así como las especiales características de su emplazamiento, hicieron que la ciudad tuviera condición de plaza militar hasta bien entrado el siglo XX.

A causa de ello, las posibilidades de desarrollo urbano de la capital navarra estuvieron históricamente limitadas por la existencia de la red de fortificaciones militares que, levantadas entre los siglos XVI y XVIII, tenían a las murallas y a la Ciudadela como elementos principales.

De este modo, a finales del siglo XIX, el Ayuntamiento de Pamplona, vio las nuevas necesidades de espacio urbano que la ciudad tenía y aprovechó que la construcción del nuevo fuerte militar en la cima del monte San Cristóbal hacía perder operatividad militar real a las viejas fortificaciones del siglo XVI. De esta manera, inició gestiones para el derribo de murallas y la construcción de un ensanche.

Tal labor daría como primer fruto el derribo, en 1889, de dos de los baluartes de la Ciudadela y la construcción en el terreno dejado libre del Primer Ensanche, tal y como muestra un plano de 1904 que abre la muestra.

Sin embargo, pronto se vio que dicha operación urbanística era insuficiente para la demanda de nuevo espacio urbano que la ciudad tenía. Por ello, en los años siguientes se sucedieron distintos proyectos de construcción de un nuevo ensanche (el segundo) siendo finalmente aprobado el del arquitecto municipal Serapio Esparza.

Éste basó su diseño en el derribo del frente sur de las murallas, la construcción de una trama urbana en cuadrícula estructurada en torno a una arteria principal (en la actualidad la Avenida de Carlos III) y en una decidida intervención para conectar la ciudad vieja y la Plaza del Castillo con el nuevo ensanche.

Para esta última acción fue precisa la expropiación de parte del jardín de la Diputación, así como el derribo tanto de la vieja sede del Teatro Gayarre, como de la primitiva plaza de toros.

La primera piedra y el inicio de las obras

Una vez aprobado el proyecto, el 29 de noviembre de 1920, día de San Saturnino, tuvo lugar el acto de colocación y bendición de la primera piedra. Con él se daba inicio simbólico a las obras de explanación y construcción del Segundo Ensanche. Esta operación iba a suponer la transformación urbanística más relevante que Pamplona había conocido y que posibilitó su conversión en la moderna ciudad de servicios que hoy es.

El proceso constructivo se alargó varias décadas en el tiempo. En una primera fase se completaron las manzanas más próximas al Casco Viejo, en tanto que la construcción de los últimos edificios, en el entorno de la Plaza de la Libertad, no se completaría hasta 1960.

La materialización del Segundo Ensanche, además de dotar a Pamplona del nítido carácter de núcleo urbano moderno que ya no ha perdido, permitió levantar edificios de especial significación para la ciudad.

Algunos de estos inmuebles ya han desaparecidos, como es el caso del Cuartel General Diego de León construido en 1930, en la calle Yanguas y Miranda, y finalmente derribado en 1971. Otros, como la sede del Gobierno Civil de Navarra, hoy Delegación del Gobierno en Navarra, sito en la Plaza Merindades, son a día de hoy hitos esenciales del paisaje urbano pamplonés.

Plano de 1917 del Segundo Ensanche.

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