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Clamé al Rey y no me oyó…

Tomo prestado el conocido pasaje del Don Juan Tenorio de José Zorrilla para parafrasearlo en el título de mi artículo de hoy, porque creo que no queda mucho tiempo para que alguien reaccione ante esta sarta de felonías y abusos si queremos reconocer España después de lo que estamos viviendo desde que el “presimiente” Sánchez se abrazó con el chavista bolivariano confeso de la coleta -hoy moño- y se apoyó en todos aquellos con los que nunca pactaría y que históricamente quisieron romper a España, especialmente en el último siglo. Aunque de sobra conocido por todos, reproduzco ese lamento del Casanova sevillano: “Clamé al cielo y no me oyó. Más si sus puertas me cierra, de mis pasos en la Tierra responda el cielo, no yo”, que me da pie a un ripio que dedico a nuestro querido Jefe del Estado, Don Felipe VI, cuya figura echamos muchos en falta en estos momentos. Pido perdón al lector por mi pobre intento, que espero se entienda en lo que significa y no en su nula “calidad” poética: “Clamé al Rey y no me oyó. Más si la Constitución soslaya, de no defender a España, responda él mismo ante Dios”.

Decía yo el jueves, en Twitter -ese altavoz de las redes sociales que por su rapidez y facilidad de llegada se ha convertido en el portavoz casi oficial de nuestros políticos-, nada más conocerse el directo al mentón que el TSJ de Madrid le daba al desgobierno socialcomunista, que “Deberían estar rumiando qué hacer para contrarrestarlo y ya sabemos de lo que son capaces esta banda”. Y añadía a continuación que “No me sorprendería un consejo extraordinario para intentar sacarse de la manga otro estado de alarma sectorial o la intervención de Madrid”. Y no tardé ni veinticuatro horas en constatar en la misma red que “Se consumó la felonía, como estaba cantado tras las amenazas del matón de discoteca desde Argelia. No dio lugar siquiera a discusión alguna. Su deseo de venganza con Madrid, no tiene parangón en un país medianamente civilizado”. Y es que este “chulo de barrio” sigue abusando del poder del BOE para utilizarlo cuando le viene en gana y contra quien le parece, suplantando desde el poder ejecutivo, por la vía del Decreto, al poder legislativo cuando el tercer poder, el judicial, dictamina algo que no le gusta o no conviene a sus protectores, eso sí, después de decir ampulosamente que “el gobierno no cuestiona las decisiones judiciales”, pero las condiciona a sus decisiones políticas. Es decir, echa unas cuantas paladas de tierra sobre la tumba del barón de Montesquieu, al que su antecesor Alfonso Guerra “mató” en 1985. De nuevo se saca de la chistera de mal mago una norma sectaria, que sólo afecta a la comunidad de Madrid -, el enemigo a batir desde hace más de veinticinco años, después de esa “victoria” parcial de la pinza de izquierdas de 2015/19 en el Ayuntamiento, que carmenitas, podemitas y gente de Más Madrid -de mal vivir, les quedaría mejor si analizamos las andanzas y tropelías, cuando no delitos, de buena parte de sus líderes y miembros- no consiguieron revalidar, gracias a Dios, añado yo. Y así impuso otro “irreal” Decreto -900/2020, de 9 de Octubre- de forma tan precipitada que no fueron capaces de terminar de redactarlo -de aquella manera- hasta bien entrada la tarde, con fines exclusivamente políticos, pues no aplica para otras comunidades donde gobierna su partido con cifras relativas peores que las de Madrid -ayer por cierto, por debajo de los 500 contagios por 100.000 habitantes que requiere el estado de alarma inventado por “Croquet”-Illa, que según El Mundo de ayer “utilizó datos antiguos de la incidencia de la COVID para poder cerrar Madrid”. Por ejemplo Navarra, donde lo sostienen los filoterroristas de Bildu, o en el Aragón de Lambán, que amaga pero no da, y en Rioja, del mismo color y socios. O en Cataluña, para que no se enfaden los que queman fotos del Rey, impiden su viaje o cuando al final lo lleva, le dan la espalda entre gritos de “lo volveremos a hacer” -el intento de golpe de Estado del 1 de Octubre de 2017 -. En definitiva, trata de tapar su incompetencia después del alarde de primeros de Julio: “Hemos derrotado al virus y hemos doblegado la curva”, para irse tranquilamente, él y sus secuaces, de vacaciones en Agosto. Y eso sin el mínimo diálogo, como le pidió el mismo jueves por la tarde y durante la mañana del viernes la Presidente de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, tras “el show de las banderas” de hace un par de semanas que tildamos en su día de mero postureo para la foto del doctor Plagio cum Fraude. El socialcomunismo «negocia» así, bajo la premisa de “por mis… dídimos”. Pero la derecha acomplejada -ni el Jefe del Estado, parece- no quiere verlo y demostrar a los españoles que sabe lo que quiere, junto a esos partidos de nuevo cuño que se dicen constitucionalistas, aunque uno, como decía Teo García Escudero en ABC, “es el Podemos de la derecha” -lo vengo diciendo desde hace años, salvando las distancias desde un mensaje que nos suena mucho mejor, es cierto, pero igual de populista-, y el otro no sabe hacia dónde va después de dar tantas vueltas sobre esa veleta sin rumbo, cuyo Norte final es la socialdemocracia -es decir, socialismo- con la que se encuentra más en su ambiente.

Por si había dudas del abuso gubernativo, el cada día más “Pequeño” Marlaska despliega 7.000 policías para controlar los movimientos en Madrid -lo que no hace con la inmigración ilegal en Ceuta y Melilla-. Desde su sindicato mayoritario, JUPOL, recogía la prensa del viernes: «Nos sentimos utilizados para hacer cumplir directrices políticas sin respaldo legal» ante la “inseguridad jurídica” en la que realizan su trabajo por el enfrentamiento de ambos gobiernos. Y me hacía yo la reflexión de si negarse a cumplir órdenes, aparentemente injustas y contrarias a una resolución judicial, puede tacharse de desobediencia. Ahí lo dejo para el que sepa responder. Lo increíble es que a la hora de votar no hay reacción a tenor de la encuesta que uno de esos medios “privados” y subvencionados daba a conocer ayer: volvería a ganar el PSOE aunque casi con empate técnico del PP y, pese a que todos los líderes suspenden, Falconeti es el más valorado, algo digno de análisis por un buen equipo de psiquiatras. Y es que si el PSOE pone una cabra con el puño y la rosa, la votan en vez de “botar” a esta gentuza que desde la injustificable moción de censura y en las 2 últimas elecciones se veía por donde iban a ir. En el mejor de los casos, a seguir a ZParo, y en el peor, a lo que estamos viendo, el acercamiento a pasos de gigante a Cuba y Venezuela. Pero siempre estará el “inocente” Felipe González que se nos vuelve sensato después de ser el principal culpable de la desmotivación académica, de la politización de la política, de la institucionalización de la corrupción, etc., aprovechándose de un sistema político mal diseñado, que lo permitía: «Yo prometí en la primera legislatura crear 800.000 empleos y al final destruimos 800.000 empleos. Aprendí a callarme porque los empleos los dan los empleadores, y no el Estado». “A la vejez, viruelas”, dice nuestro sabio Refranero y vivir para ver y ver para creer, añado yo, pero mejor así.

Y vuelvo al principio, con lo que no es sino un clamor de muchos españoles, que ya le pedía a nuestro Rey en Enero de 2016, tras el resultado de las elecciones de Diciembre de 2015: Sentido de Estado y dar paso a un gobierno de transición con verdaderos y reputados profesionales al frente, entre los que apuntaba algunos nombres, aunque hay bastantes más que se podrían añadir: http://desdeelcaballodelastendillas.blogspot.com.es/2016/01/sentido-de-estado-sentido-comun-o.html También, con mi llamamiento al Rey de las últimas semanas y más después de los ninguneos del gobierno y las ofensas, rayanas en el delito, creo yo, sufridas también el viernes en Barcelona, de parte de los radicales separatistas. Pese al poco margen que le deja la Constitución y el sistema, pienso, e insisto desde mi escasísimo conocimiento legal, que alguien del equipo jurídico de la Casa Real debería reflexionar sobre los artículos 61.1 y 62-h y considerar seriamente el 8, entre otros muchos que esta banda parece estar conculcando deliberadamente. Como Jefe del Estado creo que debería hacer, como hizo hace 3 años contra el intento de golpe de Estado en Cataluña y en favor de la Constitución y la Unidad nacional, un discurso fundamental ante la deriva socialcomunista y la más que probable a este paso, ruptura de España.

Es evidente que los políticos no son UN problema -estos y casi todos desde 1976-, sino que son EL problema. Y si la derecha no aparca el complejo y hace lo que más de media España esperaba con Rajoy y quiere hoy más aún, vamos directos al precipicio. El pueblo español está harto de los abusos de este desgobierno y se necesitarían unas elecciones generales ya, que, en mi opinión, en Madrid se hacen imprescindibles antes de que rojos, morados y naranjas presenten la más que posible moción de censura.

Antonio de la Torre, licenciado en Geología, técnico y directivo de empresa. Analista de opinión

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