A veces, los parlamentos autonómicos, al igual que muchos ayuntamientos, tienen la «sana costumbre» de «perder su tiempo» debatiendo y hablando sobre cuestiones que exceden más allá de sus ámbitos de gestión y que hacen perder tiempo, el de sus señorías, y dinero, el de los ciudadanos.
Los ciudadanos deberían tener la oportunidad, a parte de con su voto, de valorar las actuaciones de sus señorías y hacerles ver que con su dinero y el tiempo no se juega.
«El tiempo es oro», frase por antonomasia del sistema capitalista que impera en la sociedad actual y que los políticos deben desconocer, de ahí sus actuaciones.
El ciudadano a trabajar y ¿el político? Así va todo.
¿Hay solución?