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El Pacto de Estella

Número 15

La navarra ciudad de Estella es conocida por los visitantes, que en buen número se acercan a admirarla, como “La Toledo del Norte” y, sus fiestas como “Las fiestas de la Simpatía”. Pero también es conocida, lamentablemente, por dos hechos que, en su historia reciente, empañan su historia, uno es el asesinato de dos Guardias civiles a manos de la banda terrorista ETA, Antonio Fernández Álvarez y José Antonio Ferri Pérez, y otro el llamado Pacto de Estella.

La barbarie asesina sucedía antes, un 28 de agosto de 1988, y precisamente, por ello, lo llevado a cabo un 12 de septiembre de 1998, se convertía en un acto todavía peor. Estamos hablando del llamado Pacto de Estella.

Apenas ningún estellés se enteró. Solo se sonrojó cuando pudo leerlo en la prensa. Eran los tiempos de un alcalde socialista que gobernaba la ciudad, eran los tiempos de la barbarie asesina de ETA.

En su Sala de cultura, dicho alcalde permitía reunirse a lo más granado del mundo abertzale vasco. PNV, Herri Batasuna, Eusko Alkartasuna, Izquierda Unida, Batzarre, sindicatos también abertzales como ELA, LAB y organizaciones abertzales de todo tipo. El objetivo la independencia de la Comunidad Autónoma Vasca y Navarra de España. A cambio una tregua de la banda terrorista ETA. Era el no matar a cambio de la independencia.

Pero la realidad fue otra. El PNV no se atrevió a plasmar aún, en la realidad, los objetivos del Pacto y emplazó a la banda terrorista a “no ir tan deprisa”. La banda consciente del aviso y sabedora que la tregua era un auténtico chantaje al gobierno español (entonces gobernaba José María Aznar del PP), declaraba una tregua días después.

Tregua que duraría poco tiempo y que, mientras duró, consiguió que el gobierno de España acercara a más de 100 presos de la banda terrorista a las cárceles más cercanas a sus hogares. También duró lo suficiente como para volver a reorganizarse y rearmarse, como así lo sugirió el dirigente del PP de entonces, Jaime Mayor Oreja. En enero del año 2000, ETA volvía a matar.

El llamado Pacto de Estella se convertía en una deshonra para sus firmantes. Volvía el plomo, volvía la muerte.

Andrés Valencia, profesor e historiador

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