«España es un país seguro para el turismo«, «Vamos a crear pasillos turísticos seguros». Frases de la ministra de asuntos exteriores de Unión Europea y Cooperación, Arancha González Laya, hace unas semanas.
Hoy, España es el país de Europa que más se ve afectado, otra vez, por el coronavirus. A la ministra ni se le quiere, ni se le espera.
No extraña, por tanto, que la touroperadora de viajes más importante de Alemania vaya a cancelar desde este sábado sus vuelos a España, salvo a Canarias.
Como ha reconocido el ministro alemán de Exteriores, Heiko Maas, Alemania es «el campeón del mundo en viajes». España y Grecia estaban deseando su vuelta a este verano que no será como un verano habitual.
¿Qué le queda a esta actividad que es el motor de la economía española y supone casi el 13% del PIB? su producto nacional tan denostado durante mucho tiempo, los españoles de a pié. Denostado por el propio Gobierno con su Ministro Alberto Garzon que llego a decir que el turismo español es «precario, estacional y con bajo valor añadido».
En fin, un verano para olvidar turisticamente hablando y un otoño/invierno muy incierto por la evoluación de la pandemia con el agravante ante la vuelta al colegio: planes «poco realistas» y muchas dudas sobre la seguridad en las aulas. El virus, incluido el de la nefasta gestión de este Gobierno, sigue imparable.