Antonio de la Torre.
No sé por qué, pero después de ver las actitudes entre “místicas” y chulescas -les va más esto último- de los dos socios de desgobierno socialcomunista en estos días, me vino a la cabeza la frase de Jesucristo a María Magdalena tras su Resurrección, que recoge el Evangelio de San Juan y que ha sido fuente de inspiración artística para magníficos pintores, desde Fray Angélico hasta el ateo Pablo Picasso en su periodo azul.
Hecha la aclaración y con el debido respeto a la frase evangélica “Noli me tangere”, literalmente “No me toques”, creo que viene a cuento con lo que hemos vivido de nuevo como reacción a las tímidas, en parte, y sobre todo, escasas críticas, que las repetidas contradicciones de palabra, hecho y omisión de ambos dos socios sugieren. Porque no otra cosa admiten estos “dechados de la democracia” que la sumisión de los medios de comunicación a los que riegan con subvenciones o contratos publicitarios generosos quitando y poniendo “periolistas” afines al frente, precisamente para eso, para que “no los toquen”, lo que prácticamente hacen todos los audiovisuales de mayor audiencia, públicos o privados, y buena parte de los radiofónicos, de papel o digitales.
Como ejemplo, el escaso eco que ha tenido el caso que representan las tres últimas letras de la frase en cuestión que intencionadamente separo en el título, los famosos ERE de Andalucía, que ahí están, casi olvidados -salvo vano intento por parte de algún medio menos dependiente-, pese a representar el mayor escándalo de corrupción de nuestra joven “democracia”. Sería un buen trabajo de análisis de ratón de hemeroteca comparar los titulares, páginas o comentarios y subtítulos televisivos de este caso de “desvío” repugnante de fondos públicos, empleados muchas veces en vicios repugnantes de los responsables, en comparación con el de los tres trajes de Francisco Camps, los “presuntos” untes de empresas privadas -censurables por supuesto, pero no comparables- a Francisco Granados o Ignacio González, la implicación de Luis Bárcenas en la trama Gürtel o el beneficio “a título lucrativo” del Partido Popular en unas elecciones municipales en Pozuelo -epicentro de la moción de censura- que le costó la Presidencia del Gobierno a Mariano Rajoy, que en el pecado de su trivialidad ante lo importante tuvo la penitencia, pero no vamos a irnos tan lejos -la actualidad desborda el pasado más próximo- ni a volver sobre lo que ya fue objeto de no pocos análisis. Como tampoco aparece en La SeCta, Cuatro o sus cabeceras, el millón de euros que David Marjaliza dio al PSOE de Madrid ni el contrato de Podemos con Neurona, “ligada a Juan Carlos Monedero”, que publicaba ayer OK Diario, “para atacar a Isabel Díaz Ayuso” en la campaña de las autonómicas de Mayo de 2019.
Una prueba de la sumisión de algunos medios, ha sido la reciente ceremonia de la apertura oficial de la frontera hispano-lusa, en la que la corrección por parte del Rey Felipe VI al ignorante doctor Plagio cum Fraude -que de Protocolo sabe menos aún que de Economía- indicándole dónde debía colocarse para la foto con los mandatarios portugueses, la siempre fiel a la izquierda cadena SER -del rescatado de la quiebra Grupo PRISA- ha titulado como un “lapsus del Rey al saludar a Pedro Sánchez” al que “le tendió la mano durante varios segundos hasta que recordó las medidas sanitarias”. De auténtica vergüenza, tergiversando las imágenes que todos pudimos ver en los telediarios, cuando el pretencioso chulo de barrio de la Moncloa quiso colocarse en el centro -del universo al que aspira-.
No menos escandalosa ha sido la aparición del vicepresidente segundo -que ejerce de primero y único descendiente del neocomunismo en la Tierra- PabLenin Iglesias -entre alisado y atado de la coleta-, tras el último consejo de ministros del martes, justificando que “hay que naturalizar que, en una democracia ‘avanzada’ -cada día más en retroceso- cualquiera que tenga una presencia pública y responsabilidades… está sometido tanto a la crítica como al insulto en las redes sociales”, pero “los señalamientos son algo diferente” que es lo hacen, este personaje y los suyos, reyes del escrache con violencia y la crítica a base de insultos, para los que sus actuaciones son “jarabe democrático”.
Prueba inequívoca de lo que digo y de la “nueva normalidad” -el “NO es NO” de antaño- a la que ha vuelto el socio del blindado de Galapagar -20 guardias civiles lo protegen, sin que su alcalde socialista dé respuesta al cierre de su calle a los vecinos-, es que haya reconocido en su entrevista con Il Corriere della Sera italiano que “Nunca he pensado en pactar con el PP. Así desapareció el PASOK”, mientras aquí, en cada show de los fines de semana y en no pocas intervenciones en el Congreso durante la reclusión domiciliaria a la que nos sometió, seguía con su fingido llamamiento a la unidad de todos los partidos, cuando en realidad quería pedir sumisión a sus ocurrencias. Otra más, que esa Televisión “Espantosa” -traicionó el subconsciente de la servil Rosa Mª Mateo- no se dignara a retransmitir la misa de funeral que se celebró el martes en la madrileña Catedral de Santa Mª la Real de la Almudena, a la que no se atrevió a asistir el presidente anuncio, dicen que “aconsejado” por Moncloa -no sabía que el palacio hablara- para ahorrarse los insultos, demostrando así su “valentía” y su responsabilidad en la pésima gestión de la crisis sanitaria. “Noli me tangere”, medios míos, que para eso os pago, le faltó añadir, pero sólo lo debió pensar, que la sinceridad tampoco va con él.
En línea con lo que estoy escribiendo, ayer, en un claro mensaje al segundo de a bordo, Federico Jiménez Losantos le recordaba al otrora vecino de Vallecas, respecto a su agria reacción con los que lo critican en la prensa que, “Una dictadura es donde el gobierno persigue a los medios de comunicación. Una democracia es donde los medios de comunicación persiguen al gobierno” y le decía con mucho acierto que a él lo “respeta, porque sé mucho más sobre el comunismo”. El mismo argumento con el que yo he querido convencer -sin éxito por ahora- al famoso comunicador de las mañanas radiofónicas respecto de su ceguera intermitente con el líder de VOX, que no termina de aceptarme, para que no se fie mucho del verbo del de Amurrio, pero que su representante en la comunidad de Madrid, Rocío “Monjasterio” no pierde ocasión de dejar patente. La última, el regalo al PSOE de la presidencia de la Comisión de Estudio para la Recuperación e Impulso de la Actividad Económica y Social de la Comunidad de Madrid por los daños producidos por el coronavirus -so pretexto de no participar en “los pactos del tricentrito”, que queda muy bien de cara a la galería puritana de esta señora-, y que ejercerá el socialista Carlos Carnero, eurodiputado entre 1994 y 2009 y esposo de Marisol Fernández -otra más del nepotismo típico de la izquierda-, jefa de prensa del Ayuntamiento de Alcalá, recayendo la secretaría en un miembro de Más Madrid, la escisión podemita de Iñigo Errejón. De nuevo la evidencia de lo que vengo repitiendo desde el resurgir de VOX tras la llegada de Sánchez al poder, el objetivo principal de Santiago Abascal -y sus próximos- no es otro que su deseo de venganza personal con el Partido Popular que lo dejó sin chiringuito en 2013, por lo que recaló -previo pago por supuesto- en el partido que se formaba como alternativa al descontento con Rajoy y al que acabó depredando tras su deslealtad -traición estaría mejor dicho- con el que lo recogió de la calle en que se quedaba, pero de eso ya me he ocupado y volveré a hacerlo cuando proceda. Ahora sólo dejar constancia de la nueva muestra de deslealtad de los verdes y de que los extremos se tocan, como lo hicieron varias veces en Vistalegre.
Antonio de la Torre, licenciado en Geología, técnico y directivo de empresa. Analista de opinión
