La comunidad educativa pide la restructuración de la enseñanza tras la pandemia. Pixabay
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El 76,1% del profesorado está preocupado porque el alumnado pueda volver desmotivado al colegio para aprender el próximo curso 2020-21, algo que se podría resolver con un cambio en los contenidos del currículo o con nuevas metodologías en la enseñanza.
Es una de las conclusiones del informe Panorama de la educación en España tras la pandemia del coronavirus: la opinión de la comunidad educativa, realizada por un grupo de investigadores de las Universidades de Granada y Málaga.
Se trata de una investigación previa a la puesta en marcha del proyecto «Educación Conectada», de BBVA y la Fundación de ayuda contra la drogadicción (FAD), que comprende un conjunto de acciones de emergencia dirigidas al ámbito educativo tras la crisis del coronavirus.
El profesor e investigador de la Universidad de Granada Fernando Trujillo que ha coordinado el estudio, ha subrayado la preocupación de los docentes por cómo volverán los alumnos a su centro, aconsejando que «se les mire a los ojos y se vea cómo se sienten» para hacer un «trabajo emocional y social» y, a partir de ahí, comenzar con el currículo.
El experto abunda en que de cara al próximo curso se tendrán que buscar «cambios en las metodologías» de enseñanza que enganchen al alumnado en la nueva situación.
Todos, profesores, familias pero también los alumnos apuestan por la enseñanza presencial pero también porque hay un plan B para poder hacerla virtual en caso de rebrote o nuevo confinamiento.
Una de las propuestas que el profesorado realiza, para cumplir con la necesaria distancia interpersonal de 1,5 metros, es fraccionar las jornadas escolares por horas en Infantil y Primaria y por días en Secundaria, Bachillerato y Formación Profesional, con el fin de llevar a cabo una docencia semi-presencial.
La investigación supone el paso previo a la inminente puesta en marcha de «Educación Conectada. Oportunidades en tiempos de cambio», un proyecto de BBVA y Fad que comprende un conjunto de acciones de emergencia dirigidas al ámbito educativo tras la crisis causada por el COVID-19. El objetivo es paliar las graves consecuencias que la actual crisis está teniendo en toda la comunidad educativa, y que está dirigido especialmente a la población más vulnerable.
En el estudio han participado más de 5.000 docentes de Educación Infantil, Primaria, Secundaria, Bachillerato, Formación Profesional y Educación de Personas Adultas, así como padres, madres y estudiantes que apuntan las necesidades más urgentes para que el próximo curso funcione, a pesar de la incertidumbre. Tecnologías, planes y nuevas necesidades de personal se ponen en el centro de una reflexión conjunta, social, que trata de responder a los grandes interrogantes que ha dejado la situación vivida durante la pandemia.
