La sorpresiva apertura de fronteras para España a partir del 21 de junio, nos acerca aún más a la «nueva normalidad».
Sin embargo, las declaraciones llevadas a cabo ayer por el presidente, Pedro Sánchez, no revelan que el futuro sea halagüeño en este nuevo periodo que se abrirá ese día.
Un anunciado rebrote general que llena de incertidumbre el futuro y que hace pensar: qué es lo que el Gobierno sabe y no explica.
Por lo demás, un Gobierno que, de nuevo, delega en las autonomías sus funciones, caso de las educativas, por ejemplo, con lo que podemos asistir a 17 planes de contingencia diferentes contra el coronavirus y que pueden crear enormes diferencias entre unos y otros.
En suma, una normalidad anormalizada y que deja a este país al albur de lo que pueda venir, bueno o malo.