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Las cabras tiran al monte y las veletas se orientan al “viento” que más sopla

El viejo refrán español vuelve al primer plano después de la última polémica que envuelve a la “nueva” -más de lo mismo, pero peor- reforma educativa que propuso el PSOE en su Proyecto de Ley Orgánica de Modificación de la Ley Orgánica de Educación, LOMLOE, del pasado mes de marzo y que la pandemia ha dejado en stand by por el momento. Perdón por la redundancia en la LO, pero es que estos personajes son así, pedantes y rimbombantes hasta decir basta. Su objetivo, el de siempre con la izquierda, seguir abundando en el “borreguismo desilustrado” de las juventudes, para que no tengan capacidad de análisis en su edad adulta, después de la inmersión en el igualitarismo doctrinal que el “Gran Hermano” de la educación -con minúscula, por supuesto- impone. Eso sí, vendido como favor al “todo por el pueblo, pero sin el pueblo” desde el espíritu de “igual-da” -por abajo, claro- que concede a sus “protegidos” subvencionados con el dinero de los demás. Como ejemplo y uno de sus máximos exponentes, ahí está la actual ministra de “Igual-da… que me da lo mismo”, cuyo único “mérito” reconocido es ser la ¿última? favorita del nuevo sultán de la izquierda.

Y en esas andamos, con su nuevo objetivo de querer convertir la enseñanza a este paso en un “one to one”, a modo de clase particulares con aumentos de instalaciones y profesorado hasta donde haga falta, faltaría más, este proyecto contempla de vuelta otra bajada del listón: eliminación de las pruebas de Reválida, que nunca debieron desaparecer en la reforma de 1970 que condenó el Plan de 1957 a la EGB y el COU, y que, tímidamente, recuperaba el Partido Popular con su descafeinada LOMCE, nueve años después del tiro al aire de la LOCE que se quedó en “lex interrupta” -una más con ellos- sin estrenar; pase de curso e incluso de grado con tres o cuatro asignaturas pendientes -las que hagan falta para que el “pobrecito” alumno no se vea frustrado-; becas con un mínimo nivel de aprobadillo raso -un 5 frente al ya legendario 7, rebajando el timorato 6 con marcha atrás de José Ignacio Wert–  porque “el dinero público no es de nadie” y que ningún potencial “vago o maleante” se quede sin título que colgar en la pared para morirse de hambre después, porque el mercado no los necesita ni los reconoce, pero ya vendrá un Salario Mínimo Vital socialcomunista, para que el poco estímulo al trabajo que va quedando en las nuevas generacione, desparezca del todo hasta conseguir 47 millones de mantenidos públicos convertidos en la escoria de Europa que, a este paso, acabará construyendo barreras tipo muro de Berlín en los Pirineos y la raya con Portugal, aislando a la apestada España. En definitiva, destierro del poco espíritu de esfuerzo y mérito que los nuevos tiempos van dejando y si como decía Esopo, “la mejor enseñanza es el ejemplo”, el que se puede esperar de estos maestros de las facilidades no es para albergar muchas esperanzas.

Y otros que, para “sorprendente sorpresa” de muchos -deben ser de otro mundo, porque era evidente-, vuelven al monte, son los siempre veletas naranjas de Ciudadanos después de sus escarceos infructuosos por el centro derecha que engañaron a muchos inocentes, profesionales del descontento y en su mayoría, supongo, producto de lo que describía unas líneas más arriba de la deriva educacional que comentaba. Para los más olvidadizos, recordaré que en el Ideario inicial del partido del buen charlista y hoy mejor colocado Albert Rivera, decía específicamente como Tercera “idea” que llegaban “por el vacío que existía en el espacio electoral de centro-izquierda no nacionalista…”, que en teoría ocupaba la facción de esa ideología dentro del PSC-PSOE, que encabezaban entre otros Albert Boadella, Francesc de Carreras, Arcadi Espada y Antonio Robles, si la memoria no me falla, y que por una carambola del destino, ya saben eso de “estar en el lugar oportuno, en el momento oportuno”, empezar por ”A” su nombre y porque el citado Boadella, que lo precedía en ese orden alfabético, no quiso estar en el primer plano político, recayó la presidencia del entonces partido regional en el “avispado” charlista y entonces letrado en ciernes de la Caixa que, prácticamente, pasaba por allí. Así pues, tras un digno papel en su primera etapa de defensa de España y del Español en el parlamento de Cataluña, en su mayoría catalanista, y ante la debacle que se preveía en el PP de Mariano Rajoy en 2015 -como así fue- y su alianza andaluza con el socialismo -su tendencia natural, como decía-, en lugar de aprovechar la no menos debacle socialista de 2011/15 y siguientes y tratar de ocupar la izquierda moderada del PSOE, llevado por su ambición personal que no por su ideología -inexistente en esencia como venía demostrando- y para camelar mejor al pueblo desinformado, modificó en su ideario, respecto a la Tercera enunciada antes, por la de convertirse, de la noche a la mañana, en un partido “socialdemócrata, progresista y liberal”, áteme usted esa mosca por el rabo, señoría. Para no alargarme mucho en un asunto cada día menor y cayendo en busca de sitio, después de una importante “pesca en río revuelto” en las primeras elecciones de 2019 que los llevó a un techo insospechado por el más optimista de su mix, tan multipartidista como oportunista, en ese aluvión político de descolocados de desecho que engrosaron sus filas entre 2015 y 2019, en sólo seis meses descubrió su triste realidad y tras el batacazo sufrido el 10N -de 57 escaños a 10- puso al ya no tan muchacho en la puerta de salida y de ella a la giratoria que antes criticaba con cierta fruición, y quedó en manos de una chica dulce, pero sin gancho, que sorprendió también a algunos con su adhesión -supuestamente condicionada- al desgobierno socialcomunista de Pedro Sánchez, en mi opinión al PSOE en busca de colocaciones garantistas de su futuro político -al más puro estilo Irene Lozano y algunos más-. Y en este caso, además de “tirar al monte”, como tantos, Ciudadanos se pone a favor del viento dominante del doctor Plagio cum Fraude, a ver qué cae, recordando quizás aquella frase de la antología de Zapatero -hoy bolivariano en casi busca y captura por la DEA norteamericana- de “la tierra no pertenece a nadie, sino al viento”, con que el asesor de Nicolás Maduro, hoy llamando a las masas a acabar con Donald Trump, sorprendió al universo entero.

Y lo dejo, con la “tristeza” de no haber asistido, por incomparecencia del actor, al show sabatino del presidente anuncio que, me temo, nos tocará sufrir de nuevo en domingo, para contarnos sus buenas acciones que nos han dejado, de momento, 45.000 muertos -no todas por su culpa, obviamente- pese a que la lista oficial sigue congelada en poco más de 27.000, en una muestra más de transparencia, pese a que las comunidades autónomas no dejan de comunicar nuevos fallecidos.

Antonio de la Torre, licenciado en Geología, técnico y directivo de empresa. Analista de opinión

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