Tiene razón la coalición Navarra Suma cuando afirma que “la situación generada en las residencias de Navarra es debida, fundamentalmente, a que no se priorizó a las personas que viven en residencias desde un principio, sino cuando ya era demasiado tarde”.
Para cuando el departamento de Salud envió test, envió material y priorizó la atención sanitaria en las residencias de ancianos de esta comunidad, el mal estaba ya hecho. Decenas de personas mayores estaban infectadas y muchas de ellas muriéndose o habían muerto ya. No importa que muchas de estás residencias fuesen privadas o concertadas. Se supone que, en cierto modo, la gestión había pasado a ser controlada por el Estado, por el vicepresidente 2º Pablo Iglesias, y por el departamento correspondientes aquí en Navarra, por lo que, pudiera calificarse de gestión nefasta.
Debería realizarse una reflexión al respecto cuando pase está epidemia, aunque falte mucho aún para ello. Si nuestros mayores han sido la base del desarrollo de este país, acabamos de darnos cuenta de que se les ha abandonado y han sido presa fácil de este virus llamado coronavirus. Tanto hablar de fases de transición hacía una «nueva normalidad», ¿un requisito no debería ser que las residencias de ancianos deberían de estar perfectamente preparadas para afrontar estos nuevos retos?
Periodismo a pesar de todo. Un dato sobre el editorial. Faltan datos sobre los fallecidos en las residencias, por el coronavirus. En las Oblatas por ejemplo: de 173 residentes, han fallecido 40. El periodismo a pesar de todo, tiene que sacar la información de todas las residencias de Navarra, y hacer un inventario. Ánimo.