- Por José V. Ciordia, historiador
Tal día como hoy, un 25 de abril de 1974 se producía en Portugal la llamada Revolución de los Claveles, poniendo fin a un régimen dictatorial conocido como Estado Novo fundado en 1932.
Un general, António de Spínola se convertía en presidente de una Junta de Salvación Nacional encargada de llevar la democracia al país.
La llamada «revolución de los claveles» fue auspiciada por militares que habían combatido en Mozambique, Angola y Guinea frente a los independentistas africanos, agrupados en el llamado Movimiento de las Fuerzas Armadas (MFA).
El Ejército luso contaba entonces en sus filas con un nutrido grupo de oficiales de ideología izquierdista: el papel de estos fue decisivo para derribar al Gobierno de Marcelo Caetano.
La canción “Grandola Vila Morena”, cuya emisión de madrugada en una cadena de radio dio la señal para la sublevación en los cuarteles, fue uno de los símbolos de la revolución portuguesa de 1974; al igual que los claveles rojos que la población había dado a los militares. Esa primavera, todos los focos del mundo apuntaron a la experiencia lusa, que se rodeó de un halo romántico que aún hoy sigue conservando.
En 1975 se convocaban elecciones constituyentes y se otorgaba la independencia a las colonias de Angola, Mozambique, Guinea-Bissau, Cabo Verde y Santo Tomé y Príncipe.
Tras el advenimiento de la democracia sucedió un duro pulso entre los sectores más izquierdistas y los moderados, saldado finalmente con la victoria de estos últimos. La constitución creada entonces confirmaba la democracia, apartándose con ello del modelo comunista prosoviético por el que algunos abogaban.
