Qué rimbombante suena la llamada «mesa del diálogo» que Pedro Sánchez se ha empeñado en poner en marcha y que tan funestas consecuencias puede traer.
Porque no hay más que ver quienes componen dicha Mesa, sobre todo, por parte Torra y sus secuaces. Porque sí, secuaces pudieran llamarse aquellos que, estando o imputados o a un tris de serlo, forman parte de decisiones políticas que afectan a España, en las que cabe recordar no hay espacio, «seguridad juridica» y «soluciones imaginativas» para la amnistía ni para la autodeterminación.
Decisiones, además, que sólo van a perjudicar la convivencia, decisiones que sólo van a provocar más demandas judiciales y que van a crispar aún más a la sociedad española, que no puede aceptar que bajo la coartada de la normalidad institucional, el Gobierno de Sánchez mantenga una negociación con condenados por sedición y desobediencia.
Porque ya está bien de concesiones al independentismo como eje vertebrador de la agenda del Ejecutivo que lidera Pedro Sánchez. ¡Ya está bien!