Casado y Alonso (Foto: Flickr PP).
La marcha del señor Alonso de las listas del PP en la Comunidad Autónoma Vasca cierra una etapa. Una etapa en la que el PP vasco había virado hacía posturas cercanas al «síndrome de Estocolmo», o lo que es lo mismo hacía la cierta aceptación de los Bildus y compañía.
Algo impensable para un partido perseguido antes, durante y después, por los radicales y no tan radicales vascos y que se encontraba añorando a sus líderes del pasado, llámense Mayor Oreja, María San Gil u otros que habían visto la deriva del llamado PP pop.
La marcha de Alonso parece que cierra la etapa Rajoniana-sorayista y quiere abrir una etapa que pretende recuperar a los que se marcharon. Pretende aunar fuerzas frente a la izquierda y al nacionalismo excluyente que hoy gobierna este país. En línea, queda Feijoo con previsión de renovar la mayoría absoluta en Galicia, a «su estilo».
Debe reconocerse al señor Alonso sus años de valentía en los «años de plomo», pero el tiempo y pone y quita y ahora impone Unión frente al enemigo.
