El recién nombrado Jefe del Estado Mayor del Ejército de Defensa (JEMAD) de España, en su discurso de toma de posesión, afirmaba su inquebrantable lealtad al Rey y al orden constitucional.
No podía ser de otra manera. En el ejército no valen las medias tintas. Es sorprendente que sea noticia y se valore que cargos institucionales muestren su adhesión a la Corona y a la Constitución que la sustenta. Cuando debería ser lo lógico y normal.
En estos tiempos de deslealtades, en estos tiempos de traiciones consentidas al orden constitucional, las ofensas e injurias a los símbolos de este país, lamentablemente, se han vuelto en algo cotidiano, en algo que muy pocos se preocupan de evitar y sancionar.
Hoy con un gobierno sustentado por partidos que se burlan de la Constitución, que rechazan la figura de un Rey como Jefe del Estado, resulta, por lo visto, políticamente incorrecto, defender al Rey y a la Constitución.