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Aborto y ecologismo. El plan en el que ni las feministas tienen participación.

Si bien desde hace mucho y siendo de público conocimiento, gran parte del grueso de los argumentos femi-progresistas para legitimar el aborto son de corte neomalthusiano, aún no habían dado en la tecla con el soporte jurídico-conceptual que los respaldace.

En lo más recóndito del tapete de las vergüenzas femimarxistas –como la legitimación de la pedofilia por parte de Simone de Beuvoir, la patológica dependencia hacia un hombre que sostuvo Frida Khalo o el uso  de un confeso homófobo como estandarte de la lucha LGBT- se encuentran las declaraciones de la fundadora de IPPF, Margaret Sanger, quien afirmó cosas como:

“La anticoncepción significa la liberación y el cultivo de los mejores elementos raciales en nuestra sociedad, y la supresión gradual, eliminación y eventual extirpación de vidas defectuosas- esas malas hierbas humanas que amenazan la floración de las mejores flores de la civilización americana”. “El control de la natalidad no es nada más ni menos que… eliminar a los no aptos “

Esta constante neomalthusiana, supremacista y utilitarista se observa, hasta el día de hoy, longitudinalmente en el discurso abortista, a veces  abiertamente, a veces mediante eufemismos sentimentalistas. Curiosamente se alineó perfectamente a aquellas políticas antinatalistas de principio de 2000, que llevaron a países europeos como España o Francia a encontrarse actualmente en una catástrofe demográfica. Es así que mientras surgían nuevos trabajadores jubilados, eran cada vez menos los jóvenes trabajadores activos que ingresaban al mercado laboral porque los nacimientos eran cada vez menos y mayor la carga previsional  de las generaciones viejas que debían soportarlas las espaldas de estos pocos jóvenes trabajadores. Veinte años después, al desastre demográfico se le suma otro aún peor: la inyección forzada de poblaciones que nada tienen que ver con la idiosincrasia de los países receptores.

Es sabido que una demografía sana implica tasas equilibradas de muertes y nacimientos, y que un exceso de defunciones, como el que puede generar una epidemia, es un desastre para ese equilibrio. Pero, si trasladamos esa problemática a lo más macro/estructural, encontramos que las políticas natalistas y anti-natalistas impactan directamente sobre la economía y el P.B.I. de un país.

En el documento del Plan Trienal de 1974/77 se advertía sobre los efectos negativos de la baja natalidad:

Estas tendencias provocan en la estructura de nuestra población la típica deformación que sufren los países que ya han alcanzado un pleno grado de urbanización y desarrollo: el envejecimiento de la estructura poblacional, serio problema que en nuestro caso es totalmente prematuro. Tal envejecimiento tiene serias consecuencias sociales en lo referente a la vitalidad del país y a las perspectivas para su futuro. Tiene también graves consecuencias económicas, que se reflejan en la excesiva proporción de población pasiva con respecto a la activa.(p. 56)

Impulsando así una activa política natalista que buscaba modificar las tendencias demográficas del país para lograr un ritmo mayor de crecimiento que permita a la Argentina disponer de la población necesaria para ocupar efectivamente su territorio, desarrollar plenamente sus recursos, contar con un mercado interno suficiente y mantener su posición como nación en el continente y en el mundo; y corregir el desequilibrio en la distribución de la población…

Una investigación reciente sostiene que:

la demografía puede aportar nuevo conocimiento sobre el crecimiento económico. Las diferencias en la dispersión de la distribución de la producción y de la población en las regiones y países del mundo, inciden en el crecimiento económico, expresado en la forma de PBI per cápita“(2016).  Tal es así, que existe una reciprocidad entre el desarrollo económico y el crecimiento demográfico. Según Kuznets, existe crecimiento económico cuando aumenta la población y su producto per cápita de modo constante, sin embargo, el elevado ritmo de aumento del producto per cápita o por trabajador, característico del crecimiento económico moderno, “estuvo inevitablemente asociado a fuertes transformaciones estructurales”“(p. 6).

No faltaran objetores que mencionarán al África subsahariana y su absoluta sumisión a la pobreza o el fenómeno de superpoblación de la India con su rígido sistema de castas. Dato llamativo es que ambos ejemplos corresponden a territorios otrora colonizados por Inglaterra o Francia.

Hasta aquí con el análisis de la demografía, con lo cual es menester proseguir con la cuestión ecologista.

Las distintas conferencias de la ONU sobre  población y desarrollo y las mujeres gravitan en torno a que la salud sexual y reproductiva es una cuestión de”desarrollo sostenible”. Sanahuja lo explica claramente en su libro”Poder Global y Religión Universal”, afirmando que en los Objetivos del Milenio para el Desarrollo y en sus diferentes documentos accesorios se reitera la transversalización de la perspectiva de género como  necesaria para conseguir un desarrollo humano sostenible.

Pero, ¿a qué nos referimos con este concepto?

Desarrollo humano sostenible refiere a un ideario de estándares sociales de calidad que atraviesan tres dimensiones: la cultural-política, la ambiental y la económica. En este aparato ideológico encontramos conceptos como”ecofeminismo”,”cosmovisiones de los pueblos indígenas” y distintos discursos cuya constante  ”enfatiza la importancia de priorizar el desarrollo sostenible de forma global”(p.32). A priori se habla de ”erradicación de la pobreza”, pero cuando uno hilo más fino encuentra lo siguiente:

”Poner fin a la pobreza y el hambre en todas partes, para combatir las desigualdades dentro y entre países, para construir sociedades pacíficas, justas e incluyentes, para proteger los derechos humanos  y promover la igualdad de género y el empoderamiento de mujeres y n i ñ a s, y para garantizar la protección duradera del p l a n e t a  y los  re c u r s o s   n a t u r a l e s” (p. 103).

A la nueva ética ecologista de que los espacios y recursos planetarios son limitados se la complementa perfectamente con los nuevos modelos que se vienen imponiendo desde la micropolítica: gobernabilidad, gobernanza, desarrollo local, autogestión, descentralización, que propenden a ir quitándole fuerza y discrecionalidad al poder central, desde una supuesta lógica de desarrollo social y sustentabilidad.

La cumbre de la UNESCO de 1991 se explayaba en que las cuestiones ambientales ”no deberán ser consideradas como medidas sobre asuntos nacionales, sino sobre asuntos de interés  i n t e r n a c i o n a l”

”Se debe lograr el equilibrio entre la capacidad  de carga de la Tierra, el volumen de la población y los estilos de vida de cada individuo”… ”Todos los países deben disponer de sistemas completos de derecho ambiental que salvaguarden los  d e r e c h o s  h u m a n o s, los intereses de las generaciones futuras y la productividad y diversidad de la Tierra” (p.136)

Así es como podemos observar una linealidad en estos discursos que ataca desde varios frentes, pero que mantiene una coherencia que no siempre se ve a simple vista. Es necesario hilar fino y observar bajo lupas de alta potencia cada concepto nuevo que asoma y que parece estar revestido de buenas intenciones. Recordemos que los derechos humanos se enmarcan desde un paradigma de  r e i n t e r p r e t a t i v i d a d. Ello implica que están atravesados por el relativismo y el constante reajuste de acuerdo a las conveniencias de agenda.

Hemos llegado al paroxismo de la ridiculez de que se considere derecho humano a proteger un árbol si para ello es necesario tener que matar a seres humanos excesivos, todo  esto para  salvaguardar a los propios seres humanos. No por nada, el color verde representa la ecología y el aborto.

Laura Maciel, licenciada en trabajo social y actualmente cursa la carrera de ciencia política.

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2 Comentarios

  1. Ricardo

    Laura Maciel, me encantó tu artículo. ¡Por fin puedo encontrar nuevos puntos de vista sobre la cuestión del aborto y otras propuestas políticas que surgen en estos tiempos! A mí me resulta muy difícil encontrar a simple vista estos argumentos que describís. Mis felicitaciones nuevamente.

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