Una nueva cumbre del clima se ha celebrado. Esta vez en Madrid. Su éxito, cero.
Si los tres países que se dice contaminan más en el mundo, a saber, EEUU, China y la India, no han participado, los resultados nunca pueden ser buenos y, si encima, aquellos que participan, apenas, son capaces de ponerse de acuerdo, la situación ha sido y es muy grave.
Ya empezaba mal la cosa cuando el país anfitrión, Chile, renunciaba a su organización por sus problemas internos. Continuaba mal cuando los protagonistas en lugar de ser quienes pueden decidir, la cumbre era acaparada por adolescentes, Greta Thumberg y compañía. Que únicamente colapsaban la capital del país anfitrión, España.
Buenas palabras, actos reivindicativos y poco más.
Si, realmente, el planeta está cambiando y corre peligro la vida presente y futura en él, deberían sobrar las palabras y debería haber más hechos. Si no mal lo llevamos.
Por cierto, el papel de España, ¿cuál ha sido? dos ministros que nadie conoce, y un presidente sólo preocupado en sus amigos, los independentistas. Lamentable.