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Pulseras para evitar que los niños se pierdan en el puente más multitudinario

Unos niños garabatean en el frío suelo de la Puerta del Sol el nombre y número de teléfono de sus padres en una pulsera blanca y azul, y un policía municipal les coloca ese trocito de papel que puede devolverles fácilmente con sus progenitores en caso de despiste en las abarrotadas calles de Madrid

Los diez millones de bombillas navideñas que cuelgan del cielo, las compras prenavideñas y la oferta cultural atraen a Madrid en el puente de la Constitución a multitud de familias españolas que este año coinciden con 25.000 asistentes a la Cumbre del Clima (COP25) que luchan por el futuro del planeta en Ifema.

Las aglomeraciones están servidas en el corazón de la ciudad en este largo y familiar puente en el que es muy fácil desorientarse, sobre todo para los pequeños, aunque este año los niños y los padres respiran más tranquilos (y seguros) gracias a la «pionera» y aplaudida iniciativa de Ayuntamiento de repartir más de 10.000 pulseras identificativas en caso de despiste de los menores (y los mayores).

Este viernes empiezan a repartirlas por el centro de Madrid los agentes de la Policía Municipal que forman parte del dispositivo especial de navidad -en total, 2.174 efectivos-. Cuando los agentes vean alguna familias con niños pequeños, ofrecerán estas pulseras de papel, especialmente en las zona de la Puerta del Sol, las calles de Preciados y del Carmen, y la Plaza Mayor.

«El mayor problema que nos encontramos en la calle -en estas fechas- son niños pequeñitos que les preguntas, están perdidos, muchos tienen miedo porque se han perdido y piensan que los padres les van a regañar”, explica a Efe la portavoz de la Policía Municipal de Madrid, Noelia Cañizares, mientras ajusta en pequeñas muñecas las pulseras en las que se escribe el nombre del menor, de los padres y un teléfono de contacto.

Muchos son demasiado pequeños para saber el número de sus tutores, y aunque otros sí lo tengan memorizado «por el estado de nerviosismo en el que se encuentran son incapaces de darles el teléfono a los policías».

«Entonces con la pulsera se les identifica claramente», apostilla Cañizares, que recuerda que para prevenir «hay que llevar a los niños de la mano», mientras otro adulto debe ir detrás del menor porque si se despistan es por quedarse parados.

Cañizares recomienda salir ya de casa con el teléfono de los padres en la muñeca de los pequeños: «Es muy importante para nosotros el poder localizar a los padres. Los niños se asustan y los padres se mueren de miedo cuando ven que se han perdido».

Lo preferible es quedarse en un sitio fijo e intentar localizar a un policía para que busque al niño, y para «los que sean un poco más mayores» se pueden acordar puntos de encuentro si pierden de vista a los progenitores en este puente, en el que el Consistorio también ha instalado pantallas informativas para avisar si el metro se colapsa o si hay que restringir el paso de subida o bajada por las calles que nacen alrededor del kilómetro cero de la ciudad.

Las pantallas están ubicadas en las calles del Carmen y Preciados, en la plaza del Callao y en la Puerta del Sol, cogollo desde donde se estructuran algunas de las mayores atracciones de las fechas, como el masivo y colorido espectáculo Cortylandia.

Rafi vive en Móstoles, pero espera con su marido y su hija de dos años a que empiece el show, que gusta «hasta siendo grande», acompañada también de sus padres, que llegan desde Córdoba porque Madrid «está muy bonito, y hay mucha gente y las luces son muy bonitas», explican.

Le parece «muy bien» la iniciativa de repartir pulseras identificativas, y valora también que «hay mucha policía, el año pasado parecía que había menos, y eso da más seguridad».

Los 98 agentes recién licenciados de la 50 promoción de la Policía Municipal se estrenan patrullando el centro dentro del dispositivo de navidad, por otros puntos de aglomeraciones como los aledaños del mítico establecimiento San Ginés, donde las largas colas merecen la pena para hacerse con la revitalizante combinación de chocolate con churros.

Con esa pócima en un vaso de cartón, Catalina intenta que su hija pequeña sorba sin mancharse.

«Tenemos dos niños pequeños de 8 y 2 años y hemos venido a ver las luces de navidad, puesto que nuestro pueblo no es como aquí, no hay tanto alumbrado ni tantas cosas para los peques», dice esta vecina de Almendralejo (Badajoz).

También aplaude la iniciativa del consistorio, que le parece «estupenda»: «Hay mucha gente como nosotros que no estamos acostumbrados a tantísima gente como aquí en Madrid», recuerda, al tiempo que añade que estos días explorarán otros lugares de la región como Torrejón de Ardoz, para ver su iluminación y el Parque Europa.

Carmen, desde la cola de la administración de lotería Doña Manolita, otro clásico de masas en la Constitución, invita a descubrir Madrid y su oferta cultural.

«En el Prado hay cosas extraordinarias, en el Thyssen igual… hay muchísimas más cosas que ver que estar aquí en esta fila”, dice rodeada de una multitud que será la tónica general para lo que queda de puente. EFE

Pepi Cardenete

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