Que obsesión tiene la izquierda y el nacionalismo vasco con los centros de iniciativa social (religiosa) que hay en Navarra.
Sólo quieren que desaparezca y para ello recurren a cualquier treta, aunque sea burda, para conseguir su objetivo.
Circunscribir la enseñanza religiosa al ámbito privado es propio de un Estado laico, cosa que este país y, según mandato constitucional, no lo es. Nuestra Constitución establece que este país es un estado aconfesional, o sea, donde las religiones aparecen también en lo público, sin ceñirse exclusivamente al ámbito privado. Con acuerdos que pueden ser colaborativos o de ayuda económica principalmente.
Perseguir, por tanto, a la religión mayoritaria, la católica, atenta contra el mandato constitucional. La libre elección de los padres de la educación religiosa y moral que consideren oportuna no debería ponerse en duda, sino más bien todo lo contrario.
Aquí en Navarra, el gobierno de la socialista/nacionalista de Maria Chivite ahora quiere eliminar la enseñanza religiosa (concertada). Sus socios de gobierno y ella misma así lo quieren, pese a ir contra los principios de nuestra norma fundamental. Cuando la mayoría de ellos mismos llevan a sus hijos a la escuela concertada.
Los padres y las familias deben impedirlo.