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Tras estas elecciones, lamentablemente, a nivel político, pudiera comenzar a llamarse a este país, el «Reino del Caos». A no ser que el «donde dije digo, diga Diego» les funcione. A los políticos, claro.

Y ya lo tenemos, hoy se conocía que PSOE y Podemos firmaban un acuerdo de Gobierno. Un acuerdo que necesitará, como mínimo, de la abstención necesaria para salir adelante, como en Navarra que necesitó a Bildu.

Todo a pesar de que los resultados demuestran que Sánchez no ha conseguido respaldo. Todo lo contrario, ha descendido, consiguiendo que tengamos en España hasta 16 formaciones políticas, 4 nuevas y un acuerdo poco estable de Gobierno. Eso si, servirá para la modificación de la Constitución y para su República. Sea como sea y en el momento más inesperado. Como todo. A la tremenda.

Y es que las declaraciones efectuadas por Pedro Sánchez y por Pablo Casado, tras los resultados electorales del 10N, no aclaraban el futuro inmediato para un gobierno capaz de solucionar los problemas que tiene España y que quiere que los violentos desaparezcan, de una vez, de sus calles. Algo que el acuerdo podemita-socialista augura que brillará por su ausencia.

Cabía el desbloqueo sí. Con un PSOE sin populistas, ni separatistas, ni amigos que homenajean a ETA, empezando por Navarra. Pero “largo me lo fiáis, amigo Sancho”, cuando Sánchez ha venido a nuestra tierra foral a defender el Gobierno de Chivite (PSN, Geroa Bai, I-E y abstención de Bildu en su investidura).

Y eso que tres fueron los triunfadores en estas elecciones Vox, los nacionalistas y el PP.

Vox consigue lo que no consiguió en abril, pero tras ser una pieza clave para el PP en el puzle político, igual que Podemos para PSOE, en la siguiente le tocará caer. El nacionalismo avanza y quiere volver a ser el timón de un Gobierno de España, país al que, por cierto, odian. Y un PP que ha sido rescatado de tener los peores resultados de su historia.

Ciudadanos, el gran perdedor, se convierte en algo insignificante. Su líder dimite y se aleja de la vida política. Como a UCD, ya le toca diluirse y engrosar listas de otros partidos.

Mientras tanto, el resto de los mortales a pagar impuestos y los platos rotos de una clase política incapaz de resolver nada, salvo, eso sí, su sillón y su poltrona.

En Navarra el PSN-PSOE de los dos diputados que tenía pierde uno y lo cede a Bildu. Y va y dice Alzórriz que este resultado acredita el Gobierno de Chivite, ese que creó siendo segunda fuerza política y uniéndose al cuatripartito que perdió en las urnas, tras gobernar una legislatura. Perder en las urnas, es ganar. ¡Viva la democracia!

Y que en la Asamblea de Madrid, con los votos de Vox, Ciudadanos y el PP, instara al Gobierno a ilegalizar los «partidos separatistas que atentan contra la unidad de España» y pedir a la Unión Europea que incluya a los CDR en su lista de organizaciones terroristas, ha levantado ampollas en la izquierda y nacionalismos. Cuando la Ley de partidos, consensuada, todavía está vigente y la ilegalización de partidos que apologizan violencia, rebelión y sedición, hoy es posible.  

Y una de cal y otra de arena, a los dos días conocíamos que un crimen de ETA terminaba por resolverse y el único autor que quedaba por purgar culpas, extraditado por Francia, será juzgado. ¿Cumplirá íntegramente la pena? Aquí la pregunta. Pero muchos son aún los asesinatos de ETA sin resolver, ante la impotencia de sus víctimas.

Y cambiando de tercio. El consejero de Educación del Gobierno de Navarra, Carlos Gimeno, incumplía el acuerdo con los sindicatos sobre Educación Concertada. No parece quererla igual que a la pública.

Y, mire, la educación concertada la pagan los padres, está financiada con dinero proveniente de los impuestos. O sea que los padres la pagan por duplicado y, además, pagan también la pública.

Pero resulta que la educación concertada es la que sigue los principios de la iniciativa social, llámese Iglesia, y para un socialista implica escaso o nulo apoyo.

Y casi la mitad de los alumnos van a estos centros y esta Educación, señor Gimeno, fue un invento socialista.

Y la más que engrosada y aumentada estructura del Gobierno de Chivite, con un presupuesto astronómico para las arcas forales que aumenta en 5 millones de euros, ha sido rechazada por sus socios y por Navarra Suma. Solo ha contado con el apoyo de su partido, PSN. Pero algo me dice que quedará en eso, en críticas.

Nieves Ciprés, periodista

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