Poco creíble parece que un consejero del Gobierno Foral navarro baje a la Ribera y muestre su apoyo a dos infraestructuras, TAV y Canal de Navarra, que sus socios de gobierno han ralentizado y denostado durante la pasada legislatura, la del gobierno nacionalista vasco de la señora Barcos (Geroa Bai, Bildu, Podemos, I-E) .
Creíble, poco o nada, electoralista, mucho. Bajar a hablar con los empresarios riberos ahora precisamente, tras una legislatura pasada en la que la atención del gobierno brilló por su ausencia, no parece que sea lo óptimo.
El TAV y el Canal de Navarra deberían ser ya una realidad, pero el rechazo del cuatripartito de Navarra en la pasada legislatura y la connivencia con el gobierno de Pedro Sánchez han paralizado unas obras vitales para el desarrollo navarro.
Pero estamos en campaña y hay que prometer y prometer. No importa que luego sea papel mojado, el caso es convencer a los «incautos» para conseguir su voto.
Aunque los votantes cada vez lo son menos, ¿o no?
En pocos días se sabrá.