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Así se gestó la huida del Gobierno Puigdemont tras la DUI de octubre de 2017

Sábado, 28 de octubre de 2017. Hace 24 horas que el Parlamento de Cataluña ha aprobado la declaración unilateral de independencia (DUI). En pleno desconcierto por las consecuencias inmediatas del 155, por el que el Gobierno de Carles Puigdemont ha sido oficialmente cesado, se celebra en el municipio ampurdanés de Vilaür (Gerona) una reunión trascendental envuelta en el secreto

Puigdemont, junto a la secretaria general de ERC, Marta Rovira, y el también republicano Sergi Sabrià, el presidente del PDeCAT, David Bonvehí, Agustí Alcoberro (ANC), Marcel Mauri y Jordi Bosch (Òmnium Cultural) y el empresario Oriol Soler, analiza los siguientes pasos a dar, según relata el libro «Tota la veritat» (Ara Llibres), un trabajo de investigación a cargo de seis periodistas catalanes de diferentes medios, sobre el antes, el durante y el después del 1-O.

Marc Martínez Amat (RAC 1), Ferran Casas (Nació Digital), Odei A.-Etxearte (Vilaweb), Gerard Pruna (Ara), Neus Tomàs (eldiario.es) y Roger Mateos (Agencia Efe) reconstruyen, a partir del testimonio de más de 100 protagonistas y tras dos años recabando datos, los hechos e interioridades -muchas de ellas hasta ahora inéditas- de la legislatura más agitada de la historia reciente de Cataluña.

En esa reunión discreta en Vilaür, celebrada en casa de una persona vinculada a las entidades soberanistas, en las horas de más tensión e incertidumbre del ‘procés’, Puigdemont expone su punto de vista sobre cómo hay que proceder a partir de entonces.

Puigdemont defiende que el lunes, transcurrido el fin de semana, los miembros de su ejecutivo -destituidos por el Gobierno de Mariano Rajoy- no deben ocultarse, sino actuar con naturalidad.

De hecho, transmite a los allí reunidos que su intención es acudir al palco de Montilivi al día siguiente para presenciar en directo el partido de Liga entre el Gerona y el Real Madrid.

Se acuerda, pues, obrar con normalidad, como si nadie temiera una detención a raíz de la DUI, para reivindicar que el Govern Puigdemont sigue siendo «el legítimo» pese al artículo 155.

Antes de despedirse en Vilaür, Puigdemont ha comentado otra cosa a Rovira: ha recibido información fresca, explica el libro, de parte de un «emisario» que había enviado a Bruselas y que le ha dado a entender que «hay posibilidades» si deciden establecerse en Bélgica.

Es la primera vez que Puigdemont sugiere la opción del «exilio» en Bélgica a ERC.

Concluido el encuentro, Rovira cruza la frontera francesa para reunirse con todos los consejeros -salvo Oriol Junqueras y Carles Mundó-, que permanecen agazapados desde hace horas en un hotel y una casa rural de la comarca de Conflent, y les transmite la instrucción acordada en Vilaür: el lunes, todo el mundo a sus despachos.

El domingo, los consejeros que siguen escondidos en Conflent discuten sobre su futuro inmediato; barajan incluso la posibilidad de solicitar asilo político, y el hasta entonces responsable de Exteriores, Raül Romeva apunta cuatro países que podrían acogerlos: Suiza, Noruega, Bélgica y Uruguay.

Como no todos ven clara la idea de abandonar el país, se asume que la decisión final sobre qué hará cada uno será individual.

Ese mismo domingo, Jordi Turull y Raül Romeva deciden ir a ver a Puigdemont a su casa, en Sant Julià de Ramis (Gerona), para acordar los próximos pasos a dar, y allí, según se detalla en el libro, se toman dos decisiones: al día siguiente, lunes, los tres acudirán a sus despachos en el Palacio de la Generalidad y la Casa dels Canonges y, más tarde, todo el Gobierno destituido se marchará a Bruselas.

El plan es celebrar el martes en la capital belga una reunión extraordinaria del ejecutivo de Puigdemont -que se niega a aceptar su cese en virtud del 155-, con posterior rueda de prensa.

Pero una señal de alarma, esa misma tarde, lleva a Puigdemont a acelerar sus planes: un experto en seguridad de su entorno lo advierte de que la nueva cúpula de los Mozos de Escuadra, ahora bajo el mando del Ministerio del Interior, quiere controlar sus movimientos: «President, si os queréis ir, lo tenéis que hacer hoy», le aconseja, para evitar el riesgo de una detención inminente.

Esa tarde del domingo 29 de octubre, Puigdemont no acude a Montilivi. Se pierde la remontada del Gerona, que acaba venciendo por 2 a 1 al Madrid. Su salida del país se precipita, pero muy pocos lo sabrán hasta que la noticia empieza a correr como la pólvora la mañana del lunes, mientras Turull y Romeva lo esperan, desconcertados, en las inmediaciones del Palau de la Generalidad.

Este es uno de los episodios relacionados con el 1-O que recoge «Tota la veritat», una crónica periodística de 345 páginas que se centra en los hechos que ocurrieron entre el «referéndum o referéndum» proclamado por Puigdemont en el Parlamento de Cataluña el 28 de septiembre de 2016 y la investidura de Quim Torra, en mayo de 2018. NAVARRA INFORMACIÓN/EFE

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