La agresión sufrida por dos concejales de la coalición Navarra Suma ayer al intentar impedir la colocación de una pancarta a favor de los presos de ETA en la fachada del Ayuntamiento de Villaba, rebela cómo todavía el imperio del terror sigue imperando en algunas localidades navarras.
Un imperio del terror mantenido y alimentado por los de siempre. Por aquellos que se sirven de la violencia para cumplir sus fines.
Unos fines que no son otros más que la implantación de un régimen donde todo lo que no sea vasco debe desaparecer y a todos aquellos que quieren resistirse hay que amedrentarles hasta que su resistencia desaparezca.
Estos mismos son quienes sustentan a un gobierno navarro que no les hace ascos mientras que ello sirva para su sillón.