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El libro se divide en tres grandes apartados que recogen y desmontan, por un lado, una serie de mitos sobre los delitos y las personas que los cometen; por otro, sobre las personas víctimas, y un tercero, sobre aquellos mitos relacionados con las políticas públicas y la opinión pública
Las profesoras de la Universidad Pública de Navarra Lohitzune Zuloaga Lojo (Sociología y Trabajo Social) y Paz Francés Lecumberri (Derecho), junto con la investigadora de la Universidad del País Vasco Gema Varona Martínez, han publicado “Mitos sobre delincuentes y víctimas. Argumentos contra la falsedad y la manipulación”, editada por Catarata y la UPNA.
Las autoras, expertas en el ámbito sociojurídico, quieren con este trabajo dar respuesta a “un mundo globalizado cuyos sistemas jurídicos tienden hacia el endurecimiento de las penas”, donde “resulta más importante que nunca revisar las dos categorías centrales que rigen toda política criminal: los delincuentes y las víctimas”, explican.
El libro ofrece así una reflexión sobre algunos creencias generalizados sobre «delincuentes», «víctimas» y «políticas públicas» en el discurso social, buscando desmontar estereotipos, de manera que alerta sobre la responsabilidad de la sociedad de “imaginar alternativas más allá de los mitos y tópicos actuales, a través de sistemas que no impliquen la pérdida del principio de humanidad ni de la prevención social”.
Delincuentes, víctimas y políticas públicas
El libro se divide en tres grandes apartados que recogen y desmontan, por un lado, una serie de mitos sobre los delitos y las personas que los cometen; por otro, sobre las personas víctimas, y un tercero, sobre aquellos mitos relacionados con las políticas públicas y la opinión pública.
Así, en el primer caso, nos encontramos con creencias populares como “los grandes delincuentes son monstruos”, “las personas ricas delinquen menos que las pobres” o “los inmigrantes son delincuentes”; en el apartado de las víctimas, los mitos recogidos son, entre otros, “las víctimas de terrorismo están politizadas”, “¿por qué no lo deja si la maltrata?” o “las víctimas quieren venganza”. Por último, en el apartado dedicado a las políticas públicas, se recogen y desmontan creencias como “la solución es que no salgan nunca”, “más cárcel, menos delito” o “acabaremos con la delincuencia”.
El libro se completa con una “introducción al cuestionamiento” y una reflexión final, donde las autoras explican, a modo de conclusión, que los mitos no son “ni buenos ni malos en sí mismos, simplemente han existido y seguirán existiendo” y que “cumplen una función social y simbólica inherente a los anhelos y temores de los seres humanos”. “El problema –según afirman– reside en su interpretación y utilización abusiva en contra de la razón y los derechos humanos”, concluyen.