Primer plano de las manos de un enfermo de párkinson. EFE
Un estudio llevado a cabo por investigadores del Hospital de Sant Pau de Barcelona concluye que las personas enfermas de parkinson que sufren depresión son más propensas a desarrollar adicciones conductuales, como ludopatía, hipersexualidad o hacer compras compulsivas
La investigación, que publica la revista Annals of Neurology, ha determinado que la depresión antecede hasta en 5 años la aparición de adicciones conductuales y no depende de otros factores como la edad o los principales genes asociados a la enfermedad de parkinson.
El trabajo ha sido liderado por el jefe del Grupo de parkinson y Trastornos del Movimiento del Instituto de Investigación Biomédica (IIB) del Hospital de Sant Pau, Jaime Kulisevsky, y por el investigador del mismo grupo Juan Marín Lahoz.
Kulisevsky ha explicado que la depresión es un trastorno muy frecuente en la enfermedad de parkinson, afecta hasta el 40 % de los pacientes en algún momento y con frecuencia aparece algunos años antes del diagnóstico de la enfermedad.
Hasta ahora, los médicos desconocían si la depresión en los enfermos de parkinson era consecuencia de sufrir las adicciones o si podía ser un precursor de estas.
«Queríamos confirmar que la depresión juega un papel en la aparición de adicciones conductuales en la enfermedad de parkinson, y hemos demostrado como la depresión antecede hasta en 5 años a la aparición de adicciones y que el riesgo que supone no depende de otros factores como la edad o los principales genes asociados a la enfermedad de parkinson», ha resumido Kulisevsky.
El estudio se ha elaborado en el marco del estudio PPMI (Parkinson’s Progression Markers Initiative) promovido por la Fundación Michael J. Fox Foundation para estudiar el parkinson.
El proyecto, que sigue de cerca a 1.500 personas en todo el mundo para entender y curar la enfermedad de parkinson, se ha financiado con ayudas de la Fundación La Marató de TV3, el Fondo de Investigación en Salud y el CIBER de enfermedades neurodegenerativas del Instituto de Salud Carlos III. EFE
