La política de implantación-imposición del «euskera» en la administración navarra ha sido puesta en tela de juicio en su Parlamento. Aunque poco ha durado.
El pentapartito, en la sombra, el que gobierna navarra, no ha querido ni que se debata al rechazar una moción que había presentado NA+ en la Junta de Portavoces, paso previo para su discusión en el Parlamento.
Y es que su debate hubiera mostrado la gran falacia que es el «euskera» en Navarra, cuando ni siquiera un 7% de la población lo habla y, sin embargo, quiere imponerse al 100%.
El PSN, una vez más traicionando a sus votantes, sí, a aquellos que votan al partido socialista y no quieren ni oír hablar del «euskera» por considerarlo una imposición y encima inútil.
Malos tiempos corren para la peculiaridad e idiosincrasia navarra. A ambas se las quiere hacer desaparecer. Objetivo: crear un mundo irreal.
Que, por cierto, bien pocos navarros lo quieren.