La petición del fiscal en el Tribunal Supremo de desestimar los recursos a los llamados «makos» de ETA y a la espera de sentencia, ha mostrado una verdad. Una verdad que algunos hoy quieren esconder, la de que ETA, su entramando, estaba y está en todas las partes.
Una abogado, la todavía concejal del ayuntamiento de Pamplona, Izco, incausada por pertenencia a ETA, para más señas, reconociéndolo tan tranquila y su grupo municipal actual, Bildu, heredero de Herri Batasuna, justificando lo injustificable y negándose a apoyar y exigir su dimisión, puesto que se diga lo que se diga ha sido condenada con penas que conllevan su inhabilitación para cargo público.
Su no inmediata dimisión, reflejando intereses de todo tipo, hasta los de PSN con su presunto pacto secreto con Bildu, por el que a cambio de su abstención en el Parlamento navarro y, por ello, hacer a Chivite presidenta, ha decido ya una alcaldía la del pueblo navarro de Huarte a Bildu, y ahora mirando para otro lado y no pedir dimitir a Izco y, así conseguir la presidencia de la Mancomunidad de la Comarca de Pamplona para Bildu.
Ayer Pedro Sánchez haciéndose el mártir por no conseguir lo apoyos para ser investido y el PSN, con esta última actitud política, enfangando la memoria de las víctimas.
Esperpento. ¿Estratégicamente esperpento?