Que los Reyes de España pueden venir a Navarra cuando quieran es una verdad de perogrullo. No hace falta que ninguna presidenta lo diga. Faltaría más. Y menos la presidenta de Navarra, María Chivite.
Lo que no es de recibo es que una presidenta de Navarra no vaya a invitar, eso parece, a la entrega de unos premios, los Príncipe de Viana, cuyo título ostentó el Rey de España Felipe VI, mientras fue príncipe y, que hoy debería tener su hija la Infanta Leonor.
Una cosa es la libertad de ir uno a donde le de la gana y otra es ir de invitado a presidir una entrega de premios, que la etiqueta pide que haya invitación por medio. ¿Acaso Chivite, como presidenta, tiene previsto acudir a celebraciones/actos institucionales sin previa invitación o espera que le digan que acuda siempre que quiera?
Al final no se sabe si vendrá o no el Rey, lo que sí está claro es que con estas actitudes, la presidenta socialista/nacionalista sólo muestra de lo que ya ha sido acusada, su total sumisión y entrega al nacionalismo vasco.
La presidenta navarra demuestra, por tanto, que no gobierna para todos los navarros ni para Navarra.
Pie de foto. De izda a dcha: Masisa de Simón (I-E), Uxue Barkos (Geroa Bai), María Chivite (PSN) y Eduardo Santos (Podemos) cierran programa de Gobierno liderado por Chivite, a la espera de la abstención de Bildu en la investidura, que sería en segunda votación por mayoría simple. Archivo.