Da la sensación de que algunos partidos políticos están ya más deseosos de unas nuevas elecciones que de conseguir que haya Gobierno en este país. Encuestas por aquí y por allá a escasos tres meses de las elecciones generales.
Sobre todo, uno de ellos, el que hoy tiene el Gobierno, aunque sea en funciones, en la mano, el partido socialista. Y es que después de la investidura fallida, los malos han sido otros y hacia ellos recae el peso de lo mal hecho.
El socialismo español tiene claro que unas nuevas elecciones les van aupar aún más en el Gobierno y que sus rivales van a morder el polvo.
De ahí las declaraciones de los ministros en funciones, de los peones de Sánchez, diciendo una vez una cosa, otra vez otra y entre medio la contraria, pero siempre sin cerrar puertas.
De ahí el juego con Podemos, otro partido de izquierdas, en este caso extrema, que pudiera dar un gobierno a Pedro Sánchez. De PP y de Ciudadanos, de momento, poco se espera, salvo que a última hora una tentadora oferta provocara su abstención. Algo, según aseguraron los populares, difícil por lo permitido en Navarra donde la abstención de Bildu ha dado la presidencia al PSN, en un gobierno tripartito (PSN, Geroa Bai, Podemos y el apoyo de I-E).
Un verano, en suma, de juegos entre unos y otros, que mantienen al país y a sus ciudadanos en vilo. No importa solo votan, piensan los políticos. Ellos, mientras tanto, a lo suyo y de vacaciones.