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Unos en defensa de España y otros rompiéndola entre “coalición” y “cooperación”

He comentado alguna vez mi pertenencia desde 2013 al Aula Política del Instituto de Estudios de la Democracia, adscrito a la Universidad CEU San Pablo, que se define como “un centro multidisciplinar de investigación y estudios superiores de posgrado” y dentro de éste, la citada Aula Política “se propone congregar a un grupo de personas con preocupación por la vida pública, por el hombre y por la sociedad, con espíritu universitario capaz de analizar críticamente el pensamiento correcto, desde el respeto a los principios básicos del humanismo cristiano”, que en los diferentes cursos académicos viene desarrollando seminarios y análisis sobre temas tan interesantes e importantes para la realidad política de España como los de la posible y necesaria Reforma constitucional explicada en “Recuperar España. Una propuesta desde la Constitución” -libro presentado en 2013-; la revisión de los Valores que inspiran España y Europa; la Organización y Modelo del Estado; las también necesarias reformas de la Ley Electoral y del Poder Judicial; el estudio de la deriva de la organización territorial del Estado y las desorbitadas comunidades Autónomas o el pormenorizado trabajo recogido en el libro “España, Democracia y Futuro”, publicado en 2017, en el que se recogen diferentes aspectos sociales, políticos y económicos dentro del marco democrático que los españoles nos dimos a partir de 1978, analizados con la perspectiva de 40 años de luces y sombras de una “democracia participativa” evolucionada en “partidocracia endogámica” -esta última frase es mía-.

El pasado martes tuve el privilegio de asistir a la clausura del actual curso académico, celebrada en el Aula Magna de la Facultad de Ciencias Económicas de la citada Universidad, en la que el  que fuera Ministro de Presidencia y de Educación con Adolfo Suárez durante la Transición, José Manuel Otero Novas, Presidente del IED y del Aula Política, presentó el documento “Propuestas urgentes a la Nación”, tras lo que se procedió a la entrega de los Premios al Mérito en Defensa de España.

Otero Novas, desde una visión retrospectiva, recogió en su discurso las conclusiones del ciclo que se ha desarrollado en el Aula durante el presente curso y que, como se hiciera con los anteriores y el conferenciante destacó, se ofrecerán a los diferentes partidos políticos que “hasta ahora, han hecho poco caso a lo que venimos enviando”. Hizo un resumen del devenir de estos cuarenta años -largos ya- de periodo constitucional, lamentando tal vez, en mi opinión, la evolución en algunos aspectos de la interpretación de la propia Constitución, así como de la triste influencia y creciente demanda que los minoritarios partidos nacionalistas han ejercido siempre sobre los diferentes gobiernos.

Ya se tratara del Partido Socialista Obrero Español o del Partido Popular, ambos han venido “pagando” excesivas prebendas, siempre y “especialmente en el caso del País Vasco”, muy superiores a las que corresponderían a su escasa representación electoral considerada a escala nacional -seguramente evitable si una nueva Ley Electoral estableciera un límite porcentual mínimo, por ejemplo del 3% referido al censo global, para tener representación en el Congreso, añado yo también- y nada indica que esto vaya a cambiar, es ingenuo pensar que no van a seguir así” decía Otero Novas, y mi experiencia vital -porque creo que es un fenómeno no exclusivo de la política sino comprobable en la vida diaria- me dice que esa política de “Ceder siempre en algo que eleva el suelo desde el que se produce la siguiente reivindicación” ha sido un tremendo error de desconocimiento o infravaloración del nacionalismo y sus fines, porque no hay más que observar un poco para ver que su deseo de poder es insaciable por mucho que se les dé y siempre pedirán más hasta que llegado el momento en el que consideren que tienen el suficiente para atentar contra el todo, lo harán sin dudar, como lo demuestran los hechos de estos años, especialmente el golpe de Estado intentado de Octubre-2017. Llegado a este punto me pregunto si no se debería haber actuado ya ilegalizando los partidos políticos que tengan como fin algo tipificado como delito -¿no lo es atentar contra “la indisoluble UNIDAD de la Nación española, PATRIA COMÚN e INDIVISIBLE de TODOS los españoles”, que dice el Art- 2 de la Constitución?-, que para el caso de las asociaciones -no otra cosa son en esencia los partidos políticos- recoge el Artículo 22.2 de la ya mencionada varias veces C.E.

En relación a aquella propuesta reformista de 2013 y reconociendo que en los seis años transcurridos, el problema se agudizó” añadió que no podíamos esperar pasivamente a la crisis del Régimen”, para pasar a continuación a aportar algunas Soluciones para detener ahora la deriva”, expresando cierta nostalgia porque “Los grandes Partidos nacionales… podrían haber pactado… en momentos puntuales…, unas cuantas abstenciones o votos positivos, para no tener que entregarse, en contra del resto de España, a la voracidad de los Partidos nacionalistas”, citando que “Los apoyos que hay que pactar… son realmente cinco en cada legislatura, uno para la investidura de Presidente de Gobierno y cuatro para pasar las votaciones de totalidad en las Leyes de Presupuestos”, para rematar esta parte afirmando que “No han tenido la suficiente visión de Estado para ello”, pero “Todavía pueden hacerlo ahora”, como nuevo llamamiento a los políticos.

Pasó a continuación por una referencia al posible delito de Rebelión que se juzga en el Tribunal Supremo, recomendando que “Deberíamos dejar a los Tribunales que decidan lo más procedente”, resaltando que “El independentismo no puede juzgarse acto a acto… se trata de un conjunto unitario al servicio de un fin que sus mismos autores califican precisamente como procés” y afirmando que, de acuerdo con la Ponencia presentada en su día en el Aula Política por el Fiscal en excedencia de la Audiencia Nacional, Ignacio Gordillo, “pensamos que procede estimar la existencia de un delito de rebelión” , para el que “no es preciso el uso de fuerza militar, cuando el propio precepto  concibe eso como agravante”, para concluir admitiendo que “Si lo ocurrido no es rebelión, estamos invitando a que se repita y triunfe”.

Hizo después una referencia a “Los límites de los Partidos” y a determinados tipos de democracia, reflejando la necesidad de cambiar la Ley de Partidos para incluir “como causa de ilegalización la redacción o ejecución de planes de separación”, concluyendo con un “España vale la pena” refiriéndose a la Ponencia presentada por otro miembro del Aula, José Miguel Ortí Bordás, sobre “el extraordinario valor de la nación española, de las más antiguas del mundo, que ya se llamaba Hispania en tiempos de los romanos”, y reconocía que “si bien el Estado vuelve a estar desfalleciente, la nación se mantiene como realidad pujante”, que “La nación es algo que los españoles actuales hemos recibido de nuestros antepasados  fruto de muchos sacrificios y esfuerzos acumulados a lo largo de los siglos, que debemos dejar a nuestros descendientes” y que “En más de dos mil años Nuestra vitalidad y cohesión decayó muchas veces, en ocasiones parecía irremediable, pero siempre la nación española resurgió”.

Finalizó su brillante conferencia con una Coda Debemos mantener un sano y razonable orgullo de pertenencia a la Nación hispana” e invitando a los presentes a que “se asocien con nosotros, rindiendo público homenaje a cuatro ciudadanos… que destacan  por su dedicación, desde diferentes campos, a la promoción y defensa de la Idea y los intereses de España”.

A continuación el Cuarteto de cuerda Arte entre amigos interpretó “La oración del torero” y se procedió a la entrega de los Premios que citaba antes, por parte del Gran Canciller de la Universidad CEU San Pablo, Alfonso Bullón de Mendoza,  a cuatro representantes de la sociedad española:

Francesc de Carreras, Catedrático Emérito de Derecho Constitucional de la Universidada Autónoma de Barcelona, militante en su juventud en el PSUC –Partido Socialista Unificado de Cataluña- y fundador junto a Félix de Azúa, Albert Boadellas y Arcadi Espada, entre otros de la plataforma que acabó convirtiéndose en 2006 en el partido político Ciudadanos.

Augusto Ferrer-Dalmau, pintor y seguidor del estilo realista de Antonio López, evolucionado desde el diseño textil y los paisajes urbanos de Barcelona hasta la temática militar, en la que recoge los principales episodios de la Historia de España, en un excelente trabajo de documentación sobre armamento, uniformidad, vexilología y pertrechos militares de impecable rigor histórico.

Gloria Lago, Profesora en el Instituto San Tomé Freixeiro de Vigo y creadora de la Asociación Galicia Bilingüe, destacada en su lucha porque los padres gallegos puedan elegir libremente la lengua para educar a sus hijos en contra de la creciente inmersión lingüística que también va ganando terreno en Galicia y, desde 2017, Presidente de la Asociación Hablamos Español, que consiguió 500.000 firmas de ciudadanos españoles para presentar en el Congreso de los diputados una iniciativa parlamentaria para una Ley de Libertad de Elección Lingüística.

Alfonso Ussía, nieto del dramaturgo Pedro Muñoz Seca, autor entre otras fantásticas y divertidas obras de La venganza de don Mendo, del que no hace falta mucha presentación por ser de sobra conocido por sus libros, columnas periodísticas en ABC y La Razón y aquellos “Debates sobre el estado de la Nación” radiofónicos con Tip y Coll, Mingote y Antonio Ozores -todos q.e.p.d.- y creador de su personaje fantástico, el Marqués de Sotoancho, a través del que analiza con simpática agudeza e ironía el momento social y político de España.

Todos agradecieron el premio recibido con unas breves palabras, coincidiendo en lo “inmerecido del premio”, de las que las del último premiado destacaron por algunas anécdotas tales como la referida a Federico Muelas, que en 1955 fue pregonero de Navidad en el convento de la Encarnación y “empezó a las siete y media de la tarde y a punto estuvo de no poderse celebrar la Misa del gallo” y al año siguiente, Manuel Alcántara se refirió a su antecesor por cortesía, dijo “En el Portal de Belén, habló Federico Muelas y al terminar, las pastoras eran ya todas abuelas” o, en palabras de Manuel del Palacio, poeta satírico y diplomático, explicando la facilidad que tiene el español para meter la pata en los momentos más inoportunos “Diálogo al vuelo cogido en el baile de Menchaca: Oriénteme usted querido ¿quién es esa horrible vaca que al pasar me ha sonreído? Se lo diré caballero, es doña Julia Terrón, hija del Duque de Ampuero y madre de este ternero que está a su disposición” y que dijo que “una cosa es la Nación, España, y otra el Estado”, al que definió como el “administrador de España, a veces desastroso y en estos momentos arruinando a la mitad de españoles con unos impuestos salvajes”, “la España de las autonomías se equivocó con este nuevo feudalismo”, afirmaciones que suscribo.

Cerró el acto el mismo Cuarteto con la interpretación del Himno Nacional y de los que se debaten entre la “coalición” y la “cooperación” sin saber lo que dicen, ya escribiré en otro momento. Creo que es un tema menor frente a lo tratado hoy.

Antonio de la Torre, licenciado en Geología, técnico y directivo de empresa. Analista de opinión

Artículo anterior José Luis Rodríguez “Traicionero” y la “102.2 razón” para imputarlo (3ª parte) recogidas, dentro del mismo, 1ª y 2ª parte

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