El PP realizaba ayer unas declaraciones que, aquí en Navarra, bien pudieran considerarse fuera de lugar. Máxime cuando, integrante de la coalición Navarra Suma (NA+) contaba con 2 parlamentarios e iba camino de la desaparición. Lo que ha supuesto ser su bomba de oxígeno, no debería ser su protagonismo.
El caso es que, Concepción Gamarra, miembro del equipo de negociación para la gobernabilidad del PP, al anunciar que hoy comenzaba el primer día de negociaciones para conformar gobiernos autonómicos o locales, aseveraba que ellos no podían estar de acuerdo en la política de cromos, es decir, yo cambio un Gobierno por otro, e impulsarían gobiernos de centro derecha sin mercadeo.
Y hacía referencia a Navarra exigiendo el PP al PSOE que «no se eche a los brazos de Bildu».
En Navarra, bien pudiera darse, un Navarra Suma aquí y un Sánchez allá. La coalición no está integrada en la lista del PP a nivel nacional. Una situación que en cualquier otro lugar sería un simple compradeo, a todas luces poco correcto, pero que aquí, si es que sucede, estaría bien considerado al echar al nacionalismo, auténtico Damocles para está tierra, y hacer efectivo el mandato de las urnas. Ya que, tras 4 años de gobierno cuatripartito-nacionalista, de sus 26 escaños han bajado a 19, uno menos que NA+. Las urnas han otorgado aumento de votos y escaños sólo a NA+ (20) y PSN (11), un resultado que pasa de largo la mayoría absoluta de los 26 escaños necesarios.
Y es que no debe olvidarse que lo que sucede en Navarra, afecta a España. Navarra no debe estar otro vez en manos del nacionalismo. Bildu no puede volver a gobernar esta tierra.
