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La Cataluña invertebrada y el Octubre del 34

El veto a Iceta en el Parlament supondrá dinamitar los puentes de contacto con el independentismo catalán por lo que estaría en el aire la investidura de Pedro Sánchez como Presidente del Gobierno al tener que depender de los votos de Bildu en una segunda votación. En consecuencia, es previsible la formación de un Gobierno de Coalición PSOE-Ciudadanos que contará con las bendiciones de los poderes económicos del establishment español (condenando de paso al ostracismo a los partidos nacionalistas vascos y catalanes), y que procederá a la metamorfosis del Régimen del 78 mediante una reforma edulcorada de la actual Constitución vigente, siguiendo la máxima del gatopardismo (“Cambiar todo para que nada cambie”).

¿Apertura del Frente del Norte?

Con el nuevo Gobierno de Coalición PSOE-Ciudadanos, asistiremos a la instauración de una nueva Doctrina autonómica que consistiría en la implementación de un Estado basado en el sui generis “café para todos” y que será un misil en la línea de flotación de la pervivencia de los regímenes forales diferenciados vasco y navarro y su capacidad auto-gestionaria. Dicha ofensiva recentralizadora supondrá el finiquito a las trasferencias pendientes tanto a Navarra como en Euskadi y la implementación del recurso sistemático ante el Tribunal Constitucional de leyes aprobadas en los Parlamentos Vasco, navarro basándose en el artículo 161.2 de la vigente Constitución que señala que “el Ejecutivo central podrá impugnar ante el Tribunal Constitucional las disposiciones y resoluciones adoptadas por los órganos de las CCAA”. Ello supondrá “de facto” vaciar de contenido las competencias legislativas de los Parlamentos forales vasco-navarros, medidas restrictivas que podrían convertir tanto a Euskadi como a Navarra en autogobiernos devaluados, enconsertados y sometidos a los dictados del Gobierno Central o Tribunal Constitucional de turno, lo que podría desembocar en la apertura del Frente del Norte contra la regresión centralista del Gobierno de Madrid.

La Cataluña invertebrada y el Octubre del 34

La llamada “Teoría de las Catástrofes” del científico francés René Thom se basaría en dos conceptos antinómicos para intentar “comprender el orden jerárquico de la complejidad biológica”. Así, el concepto de estabilidad o equilibrio se refiere a un sistema que permanece estable aunque registre un cambio, principio que trasladado a la esfera política se traduciría en la Reforma del Régimen del 78 sin alterar sus principios esenciales (Monárquico, jacobino y neoliberal), tesis que defenderían los partidos del establishment dominante del Estado español (PP, PSOE y Ciudadanos).

En la orilla antónima, encontramos el concepto de cambio cualitativo o discontinuidad que se produce cuando simples cambios cuantitativos pasan a ser otra cosa diferente y el sistema se transforma internamente de modo radical en una nueva realidad que modifica su situación de equilibro interno y se crea una situación nueva (Estado Confederal), tesis defendida tan sólo los grupos independentistas vascos y catalanes y que es asociada por el establishment español con el advenimiento del caos.

Así, estamos asistiendo en Cataluña a la aparición de un nuevo individuo reafirmado en una sólida conciencia de pertenencia a la Nación Catalana, dispuesto a quebrantar las normas y las leyes impuestas por el Estado español y que no cejará en su empeño de logar la República Catalana. En consecuencia, rotos los puentes del diálogo con el Gobierno central y ante la imposibilidad legal de celebrar un Referéndum legal sobre la Autodeterminación de Cataluña, no sería descartable la Declaración Unilateral de Independencia por el Parlament catalán y la posterior implementación por el Gobierno Central del 155.

Ello implicará la suspensión sine die de la Autonomía catalana, el control total por el Gobierno central de los Mossos y de los medios de comunicación así como el ingreso en prisión de los miembros de la Generalitat y Presidente del Parlament , proceso que degenerará en huelga general y en violentos altercados que podrían reeditar los trágicos sucesos de octubre de 1934 acaecidos en la II República durante la presidencia de Alcalá-Zamora

Germán Gorráiz, analista

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